Un estudio de la consultora Previsionarte detectó que las mujeres obtienen una jubilación 33% menor que los hombres.

A juicio de los expertos, sigue existiendo una importante brecha salarial de género, lo que se suma a que las mujeres poseen mayores lagunas previsionales, debido a la maternidad.

No todo fue celebración en el “Día de la Mujer”. Un estudio elaborado por la consultora Previsionarte, evidenció que siguen existiendo importantes brechas de género, en lo que respecta a materias laborales.

Considerando estadísticas de jubilación del 2012 de la Superintendencia de Pensiones, se demostró que las mujeres obtienen un salario un 17% menor que los hombres. Cifra que luego se traspasa a las jubilación, donde ellas ganan un 33% menos.

El gerente general de Previsionarte, Andrés Guerra, justificó esta diferencia en la denominada brecha salarial y en las mayores lagunas previsionales de las mujeres, por efecto de la maternidad y la crianza de los hijos.

La jubilación promedio de las mujeres durante 2012 fue de 106 mil 600 pesos. Por ello, el analista del Grupo Nueva Economía, Hernán Frigolett, apuntó a que muchas de las diferencias evidenciadas en las pensiones, se deben a una problemática del sistema.

El director de Alta Dirección, Jorge Simian, coincide con el análisis efectuado por los analistas, sin embargo agrega que hay datos empíricos que demuestran que en los últimos años ha disminuido la brecha laboral entre hombres y mujeres.

Y no sólo cuestionamientos por desigualdad de género enfrentan las AFP. Durante la semana se dio a conocer un estudio de la Asociación gremial que las agrupa, que reveló que un trabajador debe tener una capitalización individual de 93 millones de pesos para tener una pensión de 500 mil pesos mensuales.

El subsecretario de pensiones, Augusto Iglesias, entregó su fórmula para que los trabajadores tengan más dinero por concepto de jubilación.

Los expertos coinciden en que uno de los aspectos que deben considerar las mujeres para obtener una mejor capitalización individual, es cotizar a una edad más temprana. Según indican los estudios, son muy pocas quienes lo hacen antes de los 26 años.