Jimmy Kimmel es uno de los presentadores más populares de la televisión estadounidense y no sin motivo. Su programa de conversación está lleno de segmentos plagados de humor e ironía, donde muchas veces es el propio público el blanco de las bromas.

Aprovechando la contingencia, esta semana Kimmel quiso hacer un experimento para demostrar que gran parte de la efervescencia que provocan los nuevos productos de Apple no proviene de las características del producto, sino del efecto que provoca la publicidad en los consumidores.

Para demostrarlo, un equipo del programa salió a entrevistar a los transeúntes, mostrarles el nuevo iPhone 5 y preguntarles qué pensaban de él.

¿La trampa? Que el iPhone 5 aún no está disponible. En realidad les entregaron el mismo iPhone 4 lanzado en 2010.

Para sorpresa de la audiencia, prácticamente la totalidad de los entrevistados se “maravillaron” con el supuesto nuevo producto, encontrándolo más liviano, con una pantalla más grande y brillante, o mucho más rápido que… el mismo teléfono.

“Es mucho más rápido que el anterior”, decía un convencido usuario, que incluso lo comparaba con el mismo teléfono de su propiedad.

Como dice Kimmel, al final, todo está en la mente.

http://youtu.be/rdIWKytq_q4