La investigación sobre el accidente del Airbus A330 de Air France que cayó al mar en aguas de Brasil conoció este domingo un giro determinante con la localización de partes importantes de los restos del avión, haciendo surgir esperanzas de resolver el enigma de este accidente que causó 228 muertos el 1 de junio de 2009.

Partes del avión de Air France que cayó al mar en aguas de Brasil el 1 de junio de 2009 fueron halladas y los investigadores tienen “esperanza” de encontrar las cajas negras, anunció el domingo la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), encargada de la investigación técnica.

Los investigadores tienen “esperanza” de encontrar las cajas negras del avión de Air France, pues el sector donde están los restos localizados es “relativamente reducido”, declaró por su parte a la AFP el director de la BEA, Jean-Paul Troadec.

Interrogado sobre los elementos localizados, Troadec precisó que se trata de “motores y algunos elementos de las alas”.

“La BEA informa que después de operaciones relacionadas con las investigaciones en el mar efectuadas en las últimas 24 horas y dirigidas por WHOI (Woods Hole Oceanographic Institution, ndlr), el equipo a bordo del barco Alucia localizó partes del avión”, indicó la BEA en comunicado.

“Estas partes fueron identificadas por los investigadores de la BEA como pertenecientes a los restos del avión A330-203, vuelo AF 447″, accidentado el 1 de junio de 2009, agregó el organismo francés.

Informaciones complementarias serán comunicadas posteriormente.

La BEA había lanzado el 25 de marzo una cuarta fase de búsquedas en el mar para tratar de encontrar los restos del vuelo AF 447, que desapareció en medio del Atlántico el 1 de junio de 2009, causando 228 muertos y sin ningún sobreviviente. Las causas exactas de la tragedia se desconocen.

La nueva fase de la búsqueda fue lanzada en una zona de 10.000 km2, o sea un radio 75 km2 alrededor de la última posición conocida del vuelo AF 447.

Una quinta campaña debía ser lanzada próximamente para recuperar las partes del avión.

Únicamente las cajas negras, que registran los parámetros de los vuelos y las conversaciones de los pilotos, pueden explicar con certeza el accidente.

El director de la BEA explicó que los submarinos Remus, de cuatro metros de largo, hicieron aparecer indicios de la presencia de elementos del avión.

Una segunda inmersión se llevó a cabo con una cámara para confirmar la localización de los restos.

Hasta ahora, la BEA consideraba que las fallas en las sondas de velocidad era uno de los elementos que explicaban el accidente, pero no podía ser la única causa de la catástrofe.

Estas sondas llamadas Pitot, fabricadas por el francés Thales, tenían problemas de congelamiento a gran altitud, lo que las inutilizaba.

“Esta localización, apenas unos días después del lanzamiento de la cuarta fase de búsqueda en el mar, financiada por Air France y Airbus, es una muy buena noticia pues genera esperanzas de obtener por fin informaciones sobre las causas de este accidente hasta ahora sin explicación”, declaró el director ejecutivo de Air France, Pierre-Henri Gourgeon.

“Habrá respuestas a las preguntas que se plantean desde el 1 de junio de 2009 las familias de las víctimas, nuestra compañía y la comunidad aérea mundial sobre los hechos que condujeron a ese trágico accidente”, agregó en una declaración escrita.

La BEA había lanzado el 25 de marzo una nueva fase de investigaciones en el mar para encontrar los restos del avión desaparecido en medio del Atlántico, luego de tres campañas infructuosas (10 de junio-10 julio 2009, 27 de julio -17 de agosto de 2009 y 29 de marzo-mayo de 2010), que han tenido un costo 21,6 millones de euros.

En el plano de la investigación judicial, el constructor europeo Airbus y la compañía francesa Air France empezaron recientemente a ser investigados por el delito de homicidios involuntarios.