La situación en la urgencia del Hospital Regional de Concepción es crítica. No hay espacio para atender la alta demanda, menos en medio de un brote de influenza, y que se agudiza con situaciones especiales como el paro de la Confusam.

Imagen: skyscrapercity.com

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Una emergencia ocurre en cualquier momento. La incertidumbre y la preocupación se apoderan de inmediato del paciente y de los familiares, más aún cuando la atención con la que se encuentran dista mucho del letrero de la entrada: “Urgencia”

Una situación que hemos venido contando desde hace tiempo en el Hospital Regional de Concepción y que se hace patente, día a día, con muchas historias de personas que se quedan “pacientemente” en la sala de espera, durante horas y horas y horas.

Así lo vivió la familia de Jeannette Guiñez, que tal como lo comenta su esposo, no alcanzó a terminar su ducha, para llegar al Guillermo Grant Benavente

Según dicen los familiares, llegaron a la Urgencia del Hospital Regional a las 11 de la mañana, pero el ingreso para la inscripción fue a las 13 horas. En lo que todos coinciden es que recién tomaron los signos de urgencia de Jeannette a las 4 de la tarde, para que tres horas después le enviaran a hacer un scanner y la atendiera el médico a las 11 de la noche, o sea, un proceso de 12 horas.

Esa noche, el diagnóstico fue un accidente vascular cerebral, patología que dependiendo de la magnitud de la hemorragia, a veces ni siquiera permite que las personas lleguen al hospital, porque mueren.

El esposo de Jeannette, dice que ahora lo único que quiere es que ella se recupere satisfactoriamente, pero el miedo de aquellas horas, no se olvidan.

Para más remate, en medio de toda esta preocupación, la familia sufrió durante ese día, mientras se encontraban en la sala de espera, el robo de su camioneta, de la que no se tiene rastro.

Con todo, conversamos con el director de la Urgencia del Hospital Regional de Concepción, Luís Gatica, quien reconoce que existen problemas que no pasan por la cantidad de médicos, que en total son 13, sino que apunta a la estrecha situación en la que se encuentran actualmente.

Antes del terremoto, la emeregencia ya era insuficiente, más aún ahora que están de allegados en el Centro de Atención Ambulatoria. Espacio físico insuficiente dijo, con 12 boxes que están ocupados siempre, con el paro de los consultorios en momentos que llegó Jeannete Guiñez a atenderse, con los brotes de las enfermedades respiratorias y siendo, además, centro de referencia regional, no dan abasto.

Y en vista de que nadie quiere que se den situaciones como la de la señora de nuestra historia, el doctor Gatica anunció que se estaría implementando una persona específica para que detecte la atención urgente de la gente que espera en la sala.

¿Se puede lograr un cambio ahora? Imposible si se trata de espacio. Lo que falta es una nueva unidad de emergencia, que según han indicado las autoridades, está proyectada para el 2012.

El mismo director de la emergencia del Hospital Regional, fue honesto, y ante la consulta sobre una buena atención, como la que un paciente de urgencia requiere en cualquier lugar del mundo, dice que no es la que se entrega en Concepción. No por el personal que hace mucho día a día, es por un contexto que se agudizó tras el terremoto.

La espera en una sala hoy es denigrante. La hospitalización en pasillos hoy es denigrante. La falta de tino con la intimidad en el sistema público es denigrante.

Dos últimas cosas. Primero, estamos poco acostumbrados a utilizar a los consultorios frente a situaciones de atención menor, lo que también termina colapsando el sistema. Y segundo, desgraciadamente, si se trata de construir una nueva emergencia, quizá quienes tienen que decidir darle la prioridad que se merece están a kilómetros de acá, en Santiago, que tiene ejemplos de sobra de desconocer lo que el resto del país requiere.