Miles de estudiantes marcharon el lunes en Buenos Aires para reclamar mejoras edilicias en las escuelas públicas de la capital argentina a su alcalde, el opositor de derecha Mauricio Macri.

La marcha, en la que participaron además estudiantes universitarios y terciarios, fue el corolario de tres semanas de protestas con cortes de tránsito y la toma de escuelas que impidieron el normal dictado de clases en al menos 23 establecimientos.

El ministro de Educación de la ciudad, Esteban Bullrich, recibió el lunes en su despacho a una comisión de estudiantes a quienes les presentó el plan de obras para las escuelas.

Según denuncias de alumnos, algunas escuelas funcionan sin gas, con problemas de suministro de agua, baños clausurados y mamposterías en estado deplorable, lo que pone en riesgo las vidas de quienes ingresan a esos inmuebles.

La protesta es apoyada además por gremios de maestros y profesores.

Eduardo López, secretario general de la Unión de Tabajadores de la Educación (UTE), advirtió que “el conflicto se profundizará si no se resuelve la bajísima ejecución del presupuesto” de la ciudad, que en julio anunció un plan de obras para 2010-2011 por 177 millones de pesos (44,58 millones de dólares) para mejorar la infraestructura escolar.

En medio de las protestas, el ministro Bullrich consideró la toma de escuelas como “una forma de reclamo ilegítima” y advirtió que los días perdidos de clases serán recuperados con la extensión del calendario escolar, incluso los fines de semana.