El juguete es el regalo estrella para el Día del Niño, tanto así que muchos denominan esta fecha como la segunda Navidad, ya que las ventas de estos productos ascienden a más del doble de un mes normal. Por eso es importante no dejarse deslumbrar por los juguetes de moda e informarse sobre cuáles son los más apropiados para cada niño, a fin de evitar riesgos innecesarios.

El Día del Niño es una celebración instaurada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en noviembre de 1954, como una forma de promover el bienestar de los niños del mundo por medio de actividades especiales y en donde cada país tendría la libertad para instaurar la fecha para celebrarlo según estimara conveniente.

En Chile, la fecha corresponde al primer domingo del mes de agosto, donde las celebraciones están fuertemente marcadas por el carácter comercial. Y bien lo sabe el jefe de carrera de Técnico Nivel Superior en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Pedro Leal, quien reconoce que las formas de celebrar el Día del Niño perfectamente pueden incluir las caricias y los abrazos, asume que es real que el obsequio forma parte del panorama, por lo que sugiere saber elegir para prevenir accidentes o malos ratos. “Debemos ser responsables al elegir un juguete, ya que éste podría ser nocivo para la salud si no atendemos a las indicaciones y características que debiera traer dicho artículo, como corresponde”, afirma.

En este contexto cabe preguntarse: ¿cómo reconocer un juguete que pueda ser riesgoso para nuestros niños? “Al comprar un artículo a un infante de dos años, debemos hacerlo considerando la recomendación que trae explícita para ese rango etario, pues en el caso de un niño de ocho, las características e indicaciones de uso serán distintas por una serie de factores como, por ejemplo, que el juguete tenga piezas pequeñas y que puedan ser llevadas a la boca por el niño más chico, pudiendo provocar una asfixia”, señala Leal.

En ese sentido, hace un llamado a fijarse en la rotulación de los productos. “Todos los productos deben estar perfectamente rotulados y con sus descripciones en el idioma que maneja cada país, en este caso el español, indicando para qué rango de edad está previsto el juguete, sus debidas advertencias y con las instrucciones para el uso seguro del mismo, con el que finalmente jugarán nuestros niños”, explica el experto.

El docente de la Universidad del Pacífico indica que también es importante evitar adquirir juguetes excesivamente ruidosos. “Ello, para evitar daños auditivos, sobre todo cuando hablamos de niños muy pequeños, revisando, por cierto, otros agentes tóxicos, como los artículos que puedan poseer pinturas con plomo y que se sabe son dañinos para la salud”, agrega.

Otro de los consejos necesarios es comprar siempre en lugares establecidos. “El comercio formal debiera cumplir con las regulaciones sanitarias, por lo que ante una eventualidad sí se podrían ejercer los derechos de la Ley del Consumidor”, aclara el profesional.

Finalmente, lo más importante está en el criterio de los mismos padres. “Por más recomendaciones que se puedan entregar, éstas deben ser aplicadas por los padres para evitar accidentes y, por lo tanto, debe existir una cultura preventiva y de seguridad con la finalidad de educarse para evitar los riesgos. Por ejemplo, en juguetes que posean una cuerda y que puedan ser un peligro de estrangulamiento para los más infantes, o que el juguete tenga pilas sueltas que puedan provocar accidente de grandes consideraciones. Si seguimos estas indicaciones, toda la familia de seguro lo pasará bien, partiendo por nuestros próximos festejados y reyes de la casa, como son nuestros queridos niños”, plantea Leal.

Juguetes sugeridos por edad

Para que los padres y parientes puedan orientarse mejor, el jefe de carrera de Técnico Nivel Superior en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Pedro Leal, entrega un listado de juguetes seguros, que habitualmente son sugeridos por los especialistas según cada rango etario:

De 0 a 6 meses: sonajeros, móviles de cuna, muñecos de goma, mordedores, alfombras con actividades, etc.

Entre 7 y 12 meses: pelotas, muñecos de trapo y juguetes sonoros, entre otros de similares características.

Entre 13 y 18 meses: cubos para encajar y apilar, andadores y jumping.

Entre 19 y 24 meses: bicicletas, pizarras, pinturas e instrumentos musicales.

Entre 2 y 3 años: triciclos, bicicletas con rueditas, palas, cubos y rompecabezas.

Entre 3 y 5 años: pizarras, magnetófonos, cuentos, marionetas y muñecos articulados.

Entre 6 y 8 años: juegos manuales, de preguntas y de experimentos, además de monopatines.

Entre 9 y 11 años: juegos de estrategia y reflexión, audiovisuales, electrónicos y experimentos.

De 12 años y más: libros, música y videojuegos.