La temporada de verano implica mayores precauciones con nuestros smartphones ante el intenso calor, además de cuidados especiales para que éstos no se dañen. Un experto en el área aconseja no exponerlos directamente al sol y explica qué hacer en caso de su sobrecalentamiento.

Sí, nuestros celulares también sufren con el calor. Las altas temperaturas de este verano afectan también los artefactos electrónicos, pudiendo, incluso, dañarlos. ¿Cómo cuidar nuestro teléfono de esta ola calurosa?

Felipe Gómez, experto en la industria de las telecomunicaciones, aconseja lo primeramente esencial: no exponer los celular directamente al sol y buscar opciones de bajar su temperatura cuando se sobrecalientan.

“El sobrecalentamiento de los celulares puede tener serias consecuencias para los equipos y hay que protegerlos”, enfatiza el profesional. Respecto a las consecuencias de una larga exposición al sol, Gómez indica que “puede dañar no sólo la batería, sino también los componentes internos del dispositivo, disminuyendo su rendimiento y acortando su vida útil”.

¿Cómo cuidar los celulares del calor extremo?

El experto indica, además, que el color de la pantalla del dispositivo influye también en este aspecto. “Las pantallas, al ser generalmente de color negro, atraen más los rayos del sol, lo que puede incrementar el riesgo de sobrecalentamiento. Si no hay más opción que exponer el teléfono al sol, lo mejor es ponerlo boca abajo para minimizar la exposición directa“, aconseja.

En caso de que el smartphone se apague como medida de seguridad programada por una alta temperatura, Gómez agrega que, para revertir el proceso, se debe “esperar a que el teléfono se enfríe naturalmente en un lugar sombreado y evitar usarlo hasta que alcance una temperatura segura para su funcionamiento”.

El agua y el polvo son otros factores a considerar durante el verano. El profesional insta a los usuarios a informarse sobre las especificaciones de resistencia al agua y al polvo de sus dispositivos, especialmente el índice IP.

“Este índice, como IP68, indica el nivel de protección del dispositivo; donde el primer número se refiere a la resistencia al polvo y el segundo, al agua. Un índice IP68, por ejemplo, significa que el equipo tiene una protección máxima contra el polvo y es resistente al agua dulce en ciertas condiciones”.

El especialista recalca que el agua de las piscinas y la de mar tienen consecuencias distintas para los celulares. “El agua salada y los químicos de las piscinas pueden ser corrosivos para los componentes internos y externos del dispositivo, lo que puede causar daños irreparables. Es aconsejable evitar el contacto directo y, en caso de exposición, limpiar el dispositivo con agua dulce lo antes posible”.