Las ollas y sartenes deben ser los utensilios de cocina más utilizados diariamente. Asimismo, son los más difíciles de limpiar.

La frecuente exposición al calor provoca un aspecto desagradable en sus bases, y por más que las friegues, ese color café no desaparece.

Afortunadamente, la usuaria de Instagram Neha Shah compartió un efectivo truco para dejar tus ollas y sartenes como nuevos, según destaca el diario electrónico Huffington Post.

“Después de tanto cocinar durante la cuarentena, tus sartenes podrían necesitar un poco de limpieza. Utiliza todo lo que tienes disponible en casa”, describe en la publicación.

El truco

Para aplicar este método, solo necesitas cuatro ingredientes: bicarbonato, vinagre blanco, detergente para lavar la ropa y una virutilla redonda.

Cabe señalar que este método requiere tiempo y sobre todo muchas ganas de cepillar. No obstante, vale la pena intentarlo por su resultado.

Pixabay
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El primer paso es humedecer la base del sartén o la olla y espolvorear el bicarbonato en polvo. Déjalo actuar durante unos 15 minutos.

A continuación, aplica el vinagre blanco, preferentemente en forma de spray. Espera entre 30 y 40 minutos para que se genere la reacción química.

De este modo, frota la base con la virutilla redonda. Este paso requiere paciencia y un poco de esfuerzo.

Si quieres obtener un resultado más prolijo, puedes sumarle un paso extra. En una olla más grande, añade agua con dos cucharadas de detergente para ropa y una de sal.

Coloca el sartén en el interior y caliéntalo durante 10 minutos. Retíralo de la cocina y termina de frotar. Finalmente lava el utensilio con agua y jabón.

“Esta técnica funciona bien para recipientes de acero inoxidable, aluminio y hierro”, describe la usuaria.

“No es magia, es ciencia básica. El bicarbonato de sodio y el vinagre causan efervescencia y eliminan toda la deposición de carbono que se impregna en el sartén“, detalla.

Nunca pongas el sartén caliente en el chorro de agua fría

Según los expertos, no es recomendable sacar el sartén del fuego y colocarlo inmediatamente en el chorro de agua fría. Esto debido a que se produce un “choque térmico” que deteriorará el utensilio.

“Al reducir tan drásticamente la temperatura de la sartén, se puede deformar y agrietar. Si se deforma, la base quedará desnivelada y no estará quieta cuando la pongas a calentar“, describe el portavoz de la empresa de utensilios de cocina Calphalon, al diario electrónico Huffington Post.

“Además, tendrá puntos muy calientes y puntos muy fríos la próxima vez que la uses, por lo que ni calentará ni cocinará de forma equilibrada. Tienes que dejar que la sartén se enfríe de forma natural antes de lavarla con agua fría”, aconseja finalmente.