“Animalite” es una organización animalista sin fines de lucro creada en Portugal en 2011. Su objetivo primordial es combatir el abandono que animales sufren de parte de sus dueños en diversos puntos. Su última campaña, denominada “Karma”, entrega un mensaje más que claro.

En la pieza audiovisual, producida en conjunto con Havas Lisbon, se muestra cómo sería venganza de un perrito abandonado por su dueño en un sitio eriazo.

En primer lugar se muestra a un hombre ingresando en el control migratorio de un aeropuerto. Apenas el sujeto pone un pie sobre el lugar, es alertado por un perro perteneciente a la policía fronteriza que lo lleva a una revisión.

Tras eso se ve cómo verifican su equipaje, abren su maleta, chequean su chaqueta, rompen un oso de peluche y observan otros elementos. Al fin y al cabo, no encuentran nada que resulte sospechoso.

Sin embargo, el can de la institución insiste con sus ladridos de alerta, fijando su mirada al sospechoso. Tal es su interés en el hombre que esto obliga a sus “colegas” a tomar una férrea determinación: un control más cercano.

Es así como lo obligan a quitarse parte de su ropa, con el fin de que la revisión sea exhaustiva. Sin embargo, lo peor llega minutos más tarde, cuando los oficiales le piden que baje sus pantalones mientras una funcionaria pone en su mano un guante de plástico, al mismo tiempo que extiende su dedo índice. Todo hace suponer que la revisión será más extrema.

Finalmente se sabe cuál era la fijación que tenía el animal sobre el hombre. En concreto, él lo había abandonado tiempo atrás en un terreno eriazo, por lo que el can encontró aquí una venganza apropiada.

Para refrendar esto, el video termina con la frase: “Mantante alerta, ellos nunca te olvidarán”.

Cabe señalar que esta realidad también está muy presente en Chile. Según datos de la Subsecretaría de Desarrollo Regional, existen 255 mil perros y 88 mil gatos sin hogar en ciudades y zonas rurales de Chile.

La situación incluso provocó que, en 2017, se pusiera en marcha la Ley 21.020, conocida también como “Tenencia Responsable de Mascotas”.

Esta normativa obligó a las personas, desde 2019, a inscribir a sus mascotas en un registro nacional, con el fin que ellas tuviesen un número de serie que permita su identificación.