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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Estados Unidos despliega fuerzas navales en el Caribe en medio de tensiones con Venezuela, haciendo recordar la invasión a Panamá en 1989. La "Operación Causa Justa" liderada por George H. W. Bush desembarcó 26.000 soldados en Ciudad de Panamá y Colón, resultando en miles de muertos y 20.000 desplazados. Noriega, excolaborador de la CIA, fue capturado y condenado por narcotráfico, homicidio y crímenes de lesa humanidad.

Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, con el despliegue naval impulsado por la administración de Donald Trump en el mar Caribe, ha hecho recordar una acción similar del país norteamericano en Latinoamérica: fue en Panamá durante 1989.

Se trató de la última intervención directa de Estados Unidos en otro estado del continente. Comenzó hace 36 años un día 20 de diciembre, bajo la advertencia de detener al dictador Manuel Antonio Noriega para juzgarlo por delitos de narcotráfico. El hombre había sido colaborador con la CIA en antaño.

Estados Unidos y Panamá

De acuerdo a la BBC, esa jornada desembarcaron en Panamá un total de 26.000 militares estadounidenses, con el objetivo de atacar las urbes de Ciudad de Panamá y Colón.

Lo anterior luego de la orden del presidente George H. W. Bush, quien dio un mensaje a la nación. Todo fue bautizado como “Operación Causa Justa”.

La invasión se extendió por un total de 42 días, en los cuales se estima que murieron miles de panameños (cifras inexactas), entre civiles y soldados. A eso se suma que 20.000 personas quedaron sin hogar.

Alguien que recordó estos hechos fue el escritor panameño Guillermo Castro Herrera, quien indicó al medio británico que aquel suceso histórico dejó una “herida” en ese país.

“Utilizaron artillería y aviación para bombardear las zonas más densamente pobladas de la capital, donde había una gran cantidad de población viviendo en caserones antiguos de madera”, expuso.

“Las Fuerzas Armadas panameñas y policiales quedaron inutilizadas en menos de 24 horas. Pero el ejército norteamericano no entró a la ciudad por 72 horas, y eso permitió que se formara una ola de saqueos a negocios que hizo que, cuando entró, fuera recibido como un salvador”, añadió.

Según detalla The Guardian, recién el 25 de diciembre de ese año Estados Unidos supo que Noriega no estaba recluido en el palacio presidencial, o un búnker fortificado, sino que se había trasladado hasta la sede diplomática de El Vaticano.

Al saber esto, y en el entendido que no podían penetrar en aquel lugar, se la jugaron por otra táctica: colocar música heavy metal a alto volumen, y con grandes parlantes, en las afueras del edificio.

Finalmente, Manuel Antonio Noriega se entregó el 3 de enero de 1990. Inmediatamente fue llevado a Estados Unidos para ser juzgado por cargos de narcotráfico, homicidio, lavado de dinero y crimen de lesa humanidad.

Fue condenado a 40 años de prisión en una cárcel de Miami, que se rebajaron a 20 debido a su buen comportamiento. Posteriormente fue extraditado a Francia, donde se le juzgó por delitos de narcotráfico. Se le encarceló por siete años en la prisión de La Santé.

Finalmente, llegó a Panamá en 2011 para cumplir una pena de 20 años por crímenes contra la humanidad. Murió en 2017.

Lo cierto es que, hasta hoy, aquella operación militar sigue siendo considerada como una situación dramática en ese país.

“Sigue siendo una herida abierta por muchos motivos. No ha habido reparación de ningún tipo a los familiares de todas las víctimas y al país, por las pérdidas humanas y los daños a bienes del Estado […] y se desconocen dónde se encuentran sepultados los cadáveres de muchos panameños”, indicó Nelva Araúz Reyes, investigadora en el área de Derechos Humanos del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales AIP al citado medio

“Yo creo que hay grupos que resienten profundamente que la invasión no haya sido sometida a debate público y que no se haya aclarado el tema de las víctimas, ni se hayan hecho compensaciones a las familias, ni se hayan localizado todas las fosas colectivas”, concluyó.