Los Archivos Nacionales del Reino Unido detallaron una investigación que, en la década de los 40, realizó el Servicio de Seguridad local MI5 sobre Hans Wilsdorf, el fundador de la marca de relojes de lujo Rolex, señalado como un posible espía de la Alemania Nazi.
De acuerdo a The Telegraph, documentos clasificados entre 1941 y 1943 detallaban que el hombre era considerado “sumamente objetable” y potencialmente involucrado en actividades de espionaje en favor del enemigo, con fuertes simpatías hacia el régimen de Adolf Hitler.
Wilsdorf se mudó a Londres en 1903, donde inició su carrera en la industria relojera en el distrito de Hatton Garden, comenzó a fabricar relojes y registró el nombre Rolex, sentando así las bases de una futura empresa global.
En 1919, tras casarse con Florence Crotty, una mujer de origen británico, Wilsdorf decidió reubicar la sede de la compañía en Ginebra, Suiza, un movimiento estratégico que le permitió expandir sus operaciones en un entorno neutral en los años previos a la guerra, garantizando así estabilidad y acceso a mercados internacionales.
Siendo un visionario a lo largo de su vida, Wilsdorf demostró una visión empresarial aguda, transformando Rolex en sinónimo de lujo y precisión. A pesar de ello, su origen alemán y las conexiones familiares generaron desconfianza en tiempos de conflicto, ya que su hermano Karl fue reportado como empleado en el ministerio de propaganda de Joseph Goebbels, lo que intensificó las sospechas sobre las lealtades del empresario.
Archivos del consulado británico en Ginebra de 1941 indican que estaba bajo vigilancia por parte de la policía federal suiza, y se le describía como “bien conocido” por sus simpatías nazis.
Las alegaciones de espionaje surgieron entre tensiones bélicas, donde el MI5 investigaba posibles infiltraciones enemigas. A partir de estas sospechas, un informe de 1941 cuestionaba las motivaciones detrás de la oferta de Wilsdorf de relojes gratuitos a prisioneros de guerra británicos, como el cabo Clive Nutting en el Stalag Luft III en Polonia.
Aunque Wilsdorf insistió en que los prisioneros no pagaran hasta después de la guerra, los funcionarios británicos especulaban que este gesto podría no ser un acto de generosidad genuina, sino una maniobra calculada. De esta manera, Rolex suministraba relojes de buceo a la marina italiana, lo que alimentó el interés de las autoridades británicas.
Diversos expertos en horología analizaron estas revelaciones con detalle, evaluando las posibles implicancias para la industria relojera. Tom Bolt, de Watchguru.com, sugirió que el suministro de relojes a las fuerzas italianas podría haber desencadenado la atención del MI5, advirtiendo que una inclusión en la lista negra habría sido “severamente dañina”.
Por su parte, el historiador Jose Pereztroika, quien descubrió el expediente del MI5, interpretó la oferta a los prisioneros aliados como un “truco” para ganar favor con el gobierno británico, especialmente en un período donde las importaciones de relojes suizos al Reino Unido estaban prohibidas.