La Casa Real de Países Bajos informó que la Princesa Amalia sufrió un delicado accidente mientras montaba a caballo, por lo que resultó con una fractura en su brazo. Debido a lo anterior, fue operada de urgencia.
El accidente generó preocupación tanto en el entorno de la familia real como en la opinión pública en ese país, dada la visibilidad de la princesa y el rol que ocupa como heredera directa al trono neerlandés.
La Casa Real confirmó el incidente a través de un breve comunicado: “La Princesa de Orange se fracturó el brazo hoy (lunes) tras caerse de su caballo. Será operada en el UMC Utrecht. Se ofrecerá más información en cuanto quede claro cuáles serán las posibles consecuencias para las obligaciones oficiales y otros compromisos”.
El episodio ocurrió mientras la reina Máxima se encontraba encabezando la conferencia de la Fundación Mind Us sobre bienestar estudiantil, en calidad de presidenta honoraria de la organización.
Según trascendió, la monarca recibió la noticia durante el evento y se retiró temporalmente del lugar, visiblemente consternada. El periodista especializado en la realeza Rick Evers publicó un video en sus redes sociales que muestra a Máxima revisando su teléfono y abandonando su asiento en primera fila para dirigirse a una llamada urgente junto a su asistente personal.
La caída de la princesa tuvo lugar durante una práctica privada, aunque no se han dado detalles precisos del contexto ni de la magnitud de la lesión más allá de la fractura diagnosticada. El hermetismo sobre el estado de salud de Amalia responde a una política habitual de la Casa Real, que solo informa lo esencial en casos que involucran cuestiones personales o médicas.
Amalia, nacida el 7 de diciembre de 2003, es la primera en la línea de sucesión al trono de los Países Bajos. Desde 2022 cursa sus estudios universitarios en Derecho, Política, Psicología y Economía en la Universidad de Ámsterdam.
Sin embargo, su vida académica se ha visto fuertemente alterada desde que recibió amenazas por parte de organizaciones criminales, motivo por el cual abandonó el alojamiento compartido con estudiantes y se trasladó nuevamente al Palacio Huis ten Bosch, y luego, por razones de seguridad, continuó sus estudios en España bajo la protección de la realeza local.
La situación afectó profundamente su cotidianeidad, como lo admitió la propia reina Máxima en declaraciones públicas. “Amalia no puede vivir como una estudiante normal. No puede salir a la calle”, expresó en 2023. La propia princesa, en una conferencia de prensa durante su gira oficial por el Caribe, reconoció lo difícil que fue ese período: “Extraño la vida normal. Pasear, ir a una tienda, tener libertad”.