La monja brasileña Aline Pereira Ghammachi ha generado un escándalo en Italia hace algunas semanas, al acusar que fue expulsada de su congregación debido a su belleza. Ella misma confirmó que apelará a esto ante el Vaticano.
Por lo pronto, deberá abandonar el monasterio cisterciense de clausura de los Santos Gervasio y Protasio de San Giacomo di Veglia, en la ciudad italiana de Treviso.
De acuerdo a lo que expuso Il Messaggero, Pereira tiene 41 años. Gran parte de ellos los ha dedicado a la Iglesia, por lo que manifestó estar dolida por lo ocurrido.
En una entrevista, la religiosa aseguró que fue reprendida por sus superioras en una de sus últimas reuniones, donde también le reprocharon su aspecto.
“Me dijeron que no encajaba con la imagen de una monja. Que era demasiado atractiva para representar a la Iglesia”, sostuvo.
“Me duele el corazón solo de pensar que todo esto pueda ser interrumpido por calumnias infundadas. La esperanza nunca debe faltar. Nos lo dijo muchas veces también el Papa Francisco”, agregó.
Asimismo, confirmó que llevará el caso hasta las más “altas esferas” dentro del Vaticano, cuyo nuevo jefe es el papa León XIV.
“Lo que deseo junto con las hermanas es que se haga plena luz sobre el asunto y que la verdad prevalezca sobre la mentira. He sido atacada injustamente y quiero que toda la verdad salga a la luz. He dedicado toda mi vida a mi camino religioso y ahora lo veo destruido sin que haya pruebas en mi contra”, sentenció.
Por lo pronto, desde el Monasterio en Treviso aseguraron que Aline Pereira Ghammachi tiene derecho a apelar a la decisión, pero sólo ante instancias eclesiásticas.
“La exabadesa tenía derecho a apelar el decreto ante el Dicasterio. Ahora, afirma que prefiere presentar una demanda civil, pero no está claro contra quién ni por qué motivos, ya que todo se hizo conforme al derecho eclesiástico, el único autorizado para regular la vida monástica”, expusieron en un comunicado, difundido por el citado medio.