Esta semana se dio a conocer un triste caso en Estados Unidos, el cual involucra a una anciana de 87 años llamada Lillian Parks, quien es sospechosa de haber matado a su nieto con discapacidad porque “no era capaz de cuidarse solo y nadie lo haría en el futuro”, explicó a la policía.
Según detalló CNN, las autoridades acudieron al llamado de emergencia que se hizo desde una zona de departamentos ubicada en el estado de Florida, donde se indicaba que había una persona fallecida.
De acuerdo al relato de ellos, una vez que llegaron hasta el lugar encontraron el cuerpo inerte de Joel Parks (30), quien sufría de discapacidades físicas que no le permitían valerse por si mismo.
En el detalle del informe se expresa que en aquel lugar, mientras la policía investigaba los hecho, Lillian Parks aseguró que ella había dado una sobredosis de medicamentos a su nieto.
Debido a eso la anciana fue tomada detenida y llevada hasta un cuartel policial, donde se le realizaron preguntas relacionadas con el hecho.
Allí, la mujer reconoció que había realizado esta acción debido a que el hombre “no era capaz de cuidarse sólo y no había nadie que lo pudiera atender a futuro”.
Desde ese momento se dieron a conocer mayores detalles respecto a cómo era el diario vivir de Joel Parks, quien durante la semana vivía en una institución de acogida y los fines de semana se quedaba donde su abuela.
Junto con eso se expresó que la víctima generalmente era visitada por su hermana, quien realizó la llamada de emergencia al número 911 aquel día.
También se reveló que el padre de Joel había fallecido cuando el hombre tenía 15 años de edad, mientras que su madre había abandonado a la familia hace décadas.
“Este es un caso difícil para nuestros detectives. En parte, nos sentimos mal por una persona que siente que la única opción es quitarle la vida a otro ser humano porque le preocupa mucho su cuidado después de que se haya ido. Por otro lado, este fue un proceso que se pensó y se planificó con cuidado, y ella se llevó una vida humana.”, dijo Brian Thiers, portavoz de la policía.
Lillian Parks actualmente se encuentra en tratamiento en un hospital de Florida, a la espera de ser trasladada a un recinto penitenciario. Aún no se han levantado cargos hacia ella.
