Llegaron las Fiestas Patrias, vamos a bailar. Eso dice una popular canción muy típica de esta fecha en la que todos andan en ambiente festivo. Pero lo sentimos, es bien poco lo que se baila. Porque, para qué estamos con cosas, más nos dedicamos a comer.

Y a pesar de que todos los años los medios replicamos la misma nota en la que un especialista explica lo extremadamente dañino que resulta comer demasiadas empanadas (o anticuchos o pajaritos o quién sabe qué más), son bien pocos los que hacen caso. Salirse un rato de lo común, muchos creen que no hace daño a nadie.

De todas formas, y porque te recomendamos ser responsable con tu salud, te la dejamos aquí.

Lo que es tan típico como hablar de las calorías en las fechas cercanas al 18 de septiembre, son las comidas. En esta fecha, los chilenos acostumbramos a disfrutar de una serie de preparaciones que, para muchos, se convirtieron en parte importante de la identidad nacional.

Pero… ¿sabías que gran parte de ellas no son originarias de Chile? En BioBioChile te contamos cuáles son, y sus verdaderos orígenes.

La empanada

Se come en gran parte del país. Las hay de pino, de queso, de mariscos y hasta de pera. Su preparación es variada. No obstante, la típica de estas fechas es la primera. La tradicional de carne, cebolla, aceitunas, huevos y pasas.

A pesar de que ya son un emblema, no son originarias de Chile. De hecho, provendrían del país del que nos independizamos en 1818: España.

El sitio Vix consigna que en 1520, el Llibre del Coch de Ruperto de Nola, escrito en catalán, ya mencionaba las empanadas. Una evidencia de aquello es que son consumidas en cada rincón de España. Allá no hay quién las desconozca.

No obstante, se cree que los españoles copiaron esta técnica culinaria a los árabes. El chef instructor y docente de Inacap, Felipe Macera, sabe de eso. “Originalmente no es chilena (…) y los árabes se mezclaron con los españoles, entonces hay toda una historia detrás”, dice.

Añade que “se puede comer empanada aquí, pero también en Perú, en Bolivia y en Italia. Entonces, originalmente no es chilena, pero su característica es el relleno, el pino”.

Chilenitos

Su nombre es engañador, pues no son originalmente chilenos. Este dulce muy típico, compuesto de dos o más galletas redondas y manjar al centro, es en síntesis un alfajor.

El alfajor provendría también de España. Un estudio realizado por la Universidad de Murcia, España, detalla que el término habría surgido en territorio europeo. “La voz alfajor ha estado muy extendida por toda España (…) antes de afincarse en Andalucía, y así pudo propagarse a América desde distintas zonas de España”, explica.

En la misma línea, el docente de Inacap detalla que esta situación se da en todo orden de alimentos, pues la historia chilena sobre conquista y colonización está completamente relacionada con los avances y retrocesos culinarios.

Los anticuchos

Los anticuchos o brochetas son palillos de metal o madera que llevan incrustados trozos de carne, vegetales o embutidos. El sitio About Español afirma que su origen es peruano, en épocas en que el territorio era dominado por el Imperio Inca. Era preparado con carne de llama y alpaca. Luego, con la llegada de los conquistadores, fue variando su preparación.

Sobre esto habla el experto. Dice que “antiguamente aquí, por ejemplo, no había vacuno. No es un ganado que sea originario de Chile, y es una de las carnes que usamos en el anticucho. Son carnes que llegaron con los españoles en la Conquista”, asevera.

El experto cuenta, además, que antiguamente lo que se comía era charqui, es decir, carne de caballo seca conservada en sal. “Era la única forma de hacer que dure más”, sentencia.

De esta forma, respecto de este plato típico concluye que “nosotros sí teníamos algunos ingredientes, pero empezó a modificarse con las colonizaciones”.

Bonus: el bebestible más querido

Son dos litros de pisco per cápita los que bebe cada chileno al año, según lo publicado en el diario El Mercurio. Una cifra que contrasta con la de los peruanos, que consumen medio litro en el mismo período.

El origen del pisco es un problema histórico. Los especialistas están divididos, pues el bebestible nació en el norte de Chile, en tiempos en que las fronteras no estaban bien definidas y cambiaban constantemente.

No obstante, un estudio de la Universidad de Santiago de Chile vino a aclarar esta situación. “El pisco es chileno”, se titula el informe.

El texto va en la misma línea. En él, los académicos aclaran que el primer registro histórico de pisco descubierto hasta la fecha es de 1722, en la hacienda un político y empresario de Coquimbo llamado Marcelino González.

Y aunque se pueda creer que el estudio viene de cerca (por ser realizado en territorio nacional), cabe consignar que el líder fue el historiador Pablo Lacoste, un argentino.