Mentir es parte de la naturaleza del ser humano, pero nuestros cuerpos no parecen aceptarlo y nos traicionan cada vez que lo hacemos.

Al decir algo que no es verdad, hacemos gestos involuntarios y aparecen microexpresiones que no conseguimos controlar y que nos delatan frente al resto.

Y es que la mentira produce ansiedad y estrés que alteran el funcionamiento normal del organismo.

Pero mientras el cuerpo nos sabotea sin querer, también nos permite descifrar las mentiras de los otros.

Una investigación realizada por Leanne Brinke, psicóloga forense de la Escuela de Negocios de la Universidad de California en Berkeley, sugiere que cada persona tiene fuertes instintos para juzgar a los mentirosos, pero que nuestra mente consciente a veces nos falla.

“Las señales siempre están a la vista. Lo único que hay que hacer es saber cómo reconocerlas. No necesitas ser un interrogador de primera línea para darte cuenta de lo que está pasando dentro de la cabeza de una persona”, señaló en su blog LaRae Quy, una exagente del FBI que trabajó durante 23 años en el departamento de contrainteligencia.

Uno de los consejos de Quy para poder identificar si alguien nos está mintiendo, es comprender cómo la persona actúa normalmente para así determinar si hay algo raro en su comportamiento.

También aconsejó que una buena fórmula es establecer la conversación desde la empatía, ya que es poco probable que una persona se abra en una entrevista fría y acusadora.

Con todo eso en mente, aquí hay algunas señales reunidas por el portal Business Insider que podrían indicar que alguien está mintiéndote:

Tienden a cambiar la posición de su cabeza

Según la analista de comportamiento y experta en lenguaje corporal, Lillian Glass, cuando una persona miente al responder una pregunta, tiende a mover la cabeza repentinamente.

“La cabeza se retrae o retrocede, se inclina hacia abajo, se ladea o se va hacia un lado”, explicó.

Esto ocurrirá justo antes de que responda. “Este gesto sutil es un intento de distanciarse de la fuente de su ansiedad”, agregó Jack Schafer, exagente del FBI especialista en análisis de comportamiento.

“Las personas tienden a inclinarse hacia la gente y las cosas que les gustan, y se distancian de las personas y cosas que no les gustan”, añadió.

Science | HowStuffWorks
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Su respiración cambia

Mentir altera muchos procesos en el cuerpo y causa un repentino estrés. El mentiroso intenta autocalmarse y la forma más rápida de hacerlo es a través de la respiración.

Como acto reflejo, quien miente tomará profundas inspiraciones para controlarse y además aprovechará esos segundos para pensar en su mentira.

Debido al cambio en la respiración, sus hombros se elevarán y su voz se volverá superficial, afirmó Glass. “En esencia, están sin aliento debido a que su ritmo cardíaco y flujo de sangre cambian. El cuerpo experimenta este tipo de cambios cuando está nervioso y se siente tenso”, agregó.

Tienden a quedarse muy quietos

La respuesta natural a los nervios son movimientos involuntarios que pueden afectar los brazos, las piernas, la cara, el cuello u otras partes del cuerpo.

Según Glass, si una persona se queda muy quieta al responder una pregunta directa, puede ser indicador que algo no anda bien, pues está luchando contra su propia naturaleza.

“Cuando hablas y entablas una conversación normal, es natural mover tu cuerpo en movimientos sutiles, relajados y, en su mayor parte, inconscientes. Por lo tanto, si observas una postura catatónica rígida y sin movimiento, a menudo es una gran señal de advertencia de que algo anda mal”, explicó.

Esto puede ser una respuesta neurológica primitiva que hace que el cuerpo se posicione y prepare para una posible confrontación.

“Observa su distancia física también, pueden terminar en ángulos rectos o alejarse inconscientemente”, aconsejó al diario inglés Mirror, Darren Stanton, experto en lenguaje no verbal.

ABC News
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Repiten palabras o frases

Una persona que miente, muchas veces no cree su propia historia, por lo que utilizará la repetición como herramienta para convencerse a sí misma y a su interlocutor.

“Están tratando de validar la mentira en su mente. Por ejemplo, él o ella puede decir: ‘No lo hice … no lo hice …’ una y otra vez”, aseguró Glass.

Esto, además, también le permite ganar algo de tiempo para crear su historia.

Pero la repetición no se queda sólo en palabras o ideas, pues también lo hacen con las preguntas.

Entregan demasiados detalles e información

Muchos creen que la base de una gran mentira es entregar la mayor cantidad de detalles posibles para adornar la historia, sin embargo, según expertos esto está lejos de ser verdad.

“Cuando alguien sigue y sigue y da demasiada información, información que no se ha solicitado y especialmente un exceso de detalles, existe una gran probabilidad de que él o ella no le diga la verdad”, afirmó Glass.

“Los mentirosos a menudo hablan mucho porque esperan que, con toda su conversación y aparente franqueza, otros les crean”.

Cubren instintivamente partes vulnerables de su cuerpo

Esta simple acción demuestra que la persona está nerviosa y temerosa de lo que hace, por lo que instintivamente tratará de proteger las partes más vulnerables de su cuerpo como el pecho, la garganta y el abdomen.

En otras ocasiones también cubren sus bocas,demostrando que hay algo que no quieren decir o temen mencionar algo que no deberían.

“Cuando los adultos ponen sus manos sobre sus labios, significa que no están revelando todo, y simplemente no quieren decir la verdad”, explicó Glass. “Están literalmente cerrando la comunicación”, añadió.

No pestañean

Otro mito sobre las mentiras es que el mentiroso evita la mirada de quien lo está interrogado o a quien está engañando.

Esto no es correcto pues la persona necesita saber si su historia está siendo creíble, por lo que mantendrá el contacto visual cuanto más pueda.

“Cuando las personas dicen la verdad, ocasionalmente mirarán hacia otros lados de vez en cuando. Los mentirosos, por su parte, usarán una mirada fija y fría para intimidar y tomar el control”, comentó la profesional.