La dieta mediterránea promueve el consumo de alimentos de temporada, frescos y poco procesados. Como estilo de vida, también incentiva el ejercicio, dormir bien y compartir con los seres queridos. Múltiples estudios han demostrado sus beneficios para la salud.

Un estudio reciente llevado a cabo por un equipo la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en España, concluyó que la dieta mediterránea podría reducir el riesgo de morir prematuramente hasta en un 23%.

Tras un seguimiento de más de nueve años, los investigadores observaron que quienes llevaban este estilo de alimentación tenían menos riesgo de morir por enfermedades, incluido el cáncer, consignó Europa Press.

Otros sondeos, indican que disminuye el riesgo de ataques cerebrovasculares, o que ayuda a regular la microbiota intestinal.

Además, múltiples investigaciones aseguran que favorece al bienestar en general y que ayuda a bajar de peso de manera saludable.

Pero, ¿en qué consiste la dieta mediterránea?

¿Qué es la dieta mediterránea?

De acuerdo a Clínica Mayo, “la dieta mediterránea es una forma de alimentación basada en las cocinas tradicionales de Grecia, Italia y otros países que bordean el mar Mediterráneo”

En esta abundan “alimentos de origen vegetal, como cereales integrales, verduras, legumbres, frutas, frutos secos, semillas, hierbas y especias”. Asimismo, tiene al aceite de oliva como “la principal fuente de grasa agregada”.

A grandes rasgos, consiste en preferir alimentos de temporada, frescos y poco procesados. Además, no sólo significa seguir una alimentación predeterminada, también implica realizar actividad física regularmente, descansar adecuadamente, comer en compañía (socializar) y disfrutar de la vida en general.

“La dieta mediterránea es mucho más que una forma de alimentarse: comparándola con los platos o las pirámides alimentarias de los cinco continentes, se ha observado como las pautas de la dieta mediterránea son las únicas que incorporan recomendaciones alimentarias claras y hacen alusión a la actividad física, a los factores socioculturales y económicos y al medio ambiente”, explicó Anna Bach, nutricionista y directora del máster universitario de Nutrición y Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Este estilo de vida incluso fue reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010.

Beneficios de la dieta mediterránea

Anna Bach, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, enumeró diez beneficios de esta dieta:

1. Mejora la esperanza de vida. Reduce la mortalidad en general, especialmente en personas con sobrepeso u obesidad.

2. Disminuye el envejecimiento prematuro de las células. La capacidad antioxidante de la dieta mediterránea puede ayudar a combatir el estrés celular y a conservar la longitud de los telómeros.

3. Puede prevenir las enfermedades cardiovasculares. Gracias a la baja composición en grasas saturadas y al elevado contenido en grasas saludables, como el aceite de oliva.

4. Reduce la obesidad y el síndrome metabólico en personas sanas o en riesgo. La dieta mediterránea contribuye a rebajar los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.

5. Tiene un efecto protector contra las enfermedades asociadas a la edad. Como las patologías neurodegenerativas y el deterioro cognitivo.

6. Disminuye la incidencia de diabetes tipo 2. Una alimentación rica en hidratos de carbono y aceite de oliva hace que los niveles de glucosa de nuestro cuerpo se regulen.

7. Es beneficiosa para el sistema inmunitario. Por sus micronutrientes, como las vitaminas (D, B, C), los minerales (selenio, magnesio) y el omega-3 del pescado.

8. Mejora la salud de los huesos. Tiene un papel clave en el mantenimiento de la masa ósea y la prevención de fracturas óseas.

9. Favorece el bienestar físico. Consumir alimentos de base vegetal de temporada, frescos y poco procesados y hacer ejercicio físico contribuye a un estilo de vida saludable.

10. Ayuda a mantener equilibrada la microbiota intestinal. Gracias al alto contenido en fibra de los alimentos y la presencia de probióticos naturales.

Cómo comenzar a comer al estilo mediterráneo

Según la Clínica Mayo, puedes comenzar con estos pequeños consejos:

– Prepara comidas en base a vegetales, legumbres y cereales integrales.
– Come pescado al menos dos veces por semana.
– Usa aceite de oliva en lugar de mantequilla o aceite común para preparar las comidas.
– Sirve fruta fresca de postre.
– Haz actividad física.
– Reúnete a comer con tus seres queridos.

Alimentos de la dieta mediterránea

Consumir regularmente: frutas, verduras, pescado, pavo, pollo, huevos marisco, frutos secos, legumbres, papas, semillas, especias, hierbas, cereales integrales, pan y aceite de oliva virgen extra.

Con moderación: queso, huevos, yogur y carne de ave.

En alguna ocasión: carne roja.

Evitar: carne procesada, cereales refinados, aceites refinados u otros alimentos altamente procesados, azúcares añadidos y bebidas azucaradas.