Según especialistas, las afecciones al hombro, codo, muñeca, entre otras, son las más recurrentes a la hora de jugar pádel.

Con la creciente fiebre por el pádel en el país, la pasión por este deporte sigue en aumento, pero también lo hacen las posibilidades de lesiones. Es importante que los aficionados conozcan las afecciones más recurrentes y cómo protegerse para seguir disfrutando del juego. En un contexto de bajas temperaturas y el regreso de las lluvias, la prevención toma un papel fundamental.

De acuerdo con datos de la plataforma easycancha, el pádel ha experimentado un aumento del 107% de las reservas para su práctica. El deporte pala se ha convertido en la elección para muchas personas, atrayendo tanto a amateurs como jugadores experimentados.

Cristián Vargas, kinesiólogo, fisiólogo deportivo y quiropráctico del Centro Avanzado de Rehabilitación y Ejercicio (CARE), comenta que “hay mucha gente que empezó a jugar con harto volumen semanal, pero sin tener un entrenamiento ni preparación previa adecuada”.

4 lesiones comúnes al jugar pádel

En esta línea, el especialista explica las principales y más recurrentes lesiones de quienes practican esta disciplina:

Codo de tenista: La epicondilitis lateral es una lesión común debido al sobre-uso de los músculos y tendones del antebrazo. Los movimientos repetitivos de agarre y golpeo en el pádel pueden desencadenar esta afección.

Bursitis de hombro: puede suceder por movimientos repetitivos del brazo que llevan a la inflamación de este saco que actúa como amortiguador entre los huesos, tendones y músculos cercanos.

Tendinitis del manguito rotador: esta lesión en el hombro puede ser causada por los repetitivos movimientos de la pala y los golpes que pueden transferir estrés en los músculos y tendones de la articulación.

Esguince de muñeca: esta articulación es una de las zonas con más sobrecarga por el pádel, debido a que recibe la vibración y giros bruscos de los golpes y por la presión continua para el agarre necesario de la pala.

El experto también enfatiza en la importancia del “trabajo complementario”, para evitar estas lesiones. Por ejemplo, si se juega pádel dos veces por semana, se tiene que combinar con entrenamiento aparte dos días más.