Las ratas pudieron desarrollar sus riñones mientras estaban en el útero y con apenas días de nacidas, pero pese al procedimiento exitoso, debieron ser sacrificadas.

Cirujanos japoneses lograron con éxito el primer trasplante de feto a feto en ratas, todo mientras el feto receptor se encontraba todavía en el útero, en pleno desarrollo.

De acuerdo con la revista Nature, el líder de este estudio fue Takashi Yokoo, nefrólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad Jikei, en Tokio, quien mencionó que este sería un paso clave para, en el futuro, poder tratar a fetos humanos que se estén desarrollando sin riñones funcionales, trasplantándoles riñones de cerdos.

Cabe señalar que, anteriormente, los científicos habían experimentado inyectando células y líquido amniótico en fetos de animales y humanos, pero esta fue la primera vez que se trasplantó directamente un órgano en el útero. “Nuestro proyecto es el primero de su tipo”, mencionó Yokoo.

Una vez que la técnica se domine en humanos, para lo cual faltan todavía años, los fetos que presenten problemas renales durante su desarrollo en el útero podrán ser tratados a tiempo y tendrán menos posibilidades de rechazar un trasplante una vez nacidos.

El primer trasplante de feto a feto

Para lograr esta hazaña, Yokoo y su equipo modificaron ratas genéticamente para que generaran una proteína verde fluorescente en sus riñones y así poder extraer el tejido del órgano, ya que es muy pequeño.

Posteriormente, con una aguja, insertaron el tejido extraído bajo la piel de la zona de la espalda de ratas de 18 días de desarrollo en el útero de sus madres. Finalmente, las ratas nacieron tras 22 días de gestación, que es el periodo normal en estos roedores.

Los científicos expusieron que el tejido fue desarrollándose gradualmente y tomó solo 2 semanas que los riñones comenzaran a producir orina. Pese a este logro exitoso, las ratas tuvieron que ser sacrificadas.

Japoneses logran el primer trasplante de feto a feto en ratas mientras el receptor seguía en el útero
Takashi Yokoo, autor del estudio.

Con el paso de los días, notaron que el riñón trasplantado no estaba conectado con la uretra, por lo que la orina no tenía por donde salir,. Inicialmente, tuvieron que drenar el riñón continuamente, pero después optaron por sacrificar a los roedores.

Esta prueba se hizo en 9 fetos, entre 4 ratas hembras embarazadas, 8 lograron desarrollar el riñón, mientras que uno no se incrustó con éxito. El estudio está publicado, pero a la espera de revisión por pares.