El congreso tiene la tarea de sacar adelante estos y otros proyectos con foco en el crecimiento económico. Para eso se va a requerir poner los intereses de Chile y su gente, por sobre los pequeños intereses político-electorales.

Fast track legislativo

El crecimiento Económico es fundamental para el desarrollo del país. Este no solo es compatible, sino además necesario, para una robusta agenda social. Por esto, el anuncio del gobierno del presidente Boric al fast track legislativo en materia económica va en la ruta correcta. Chile debe apostar al desafío de crecer más que el 2% proyectado.
 
La agenda legislativa del gobierno contiene dentro de los 21 proyectos a tramitar uno que resulta clave, que apunta a superar todos los ripios que demoran la tramitación de permisos de proyectos de inversión, la llamada “permisología”. Este proyecto permitiría dinamizar nuestra economía.

La Ley Marco de Autorizaciones sectoriales busca agilizar la gestión de 260 tipos de permisos, tramitados por 37 servicios asociados a 16 ministerios de todo el aparato estatal. El objetivo de este proyecto es doble.

Por un lado, se busca ofrecer mayor certeza jurídica, mediante normas claras y con herramientas de seguimiento de los permisos. Y también, lograr la reducción de tiempos de espera, estimando una disminución de un tercio para proyectos de gran envergadura y a la mitad para los de menor envergadura. Este proyecto no solo beneficiará a la gran industria. Lo más importante, es que permitirá agilizar la tramitación de todos los permisos para Pymes y emprendimientos de escala familiar.
 
Según el informe del Comité de Expertos sobre Espacio Fiscal y Crecimiento Tendencial, lograr dicha agilización tendría un considerable impacto económico. Por un lado, el aumento en un 2,4% del PIB en 10 años, derivado de nuevos proyectos de inversión. Y también, un aumento en la recaudación fiscal producto del adelantamiento de flujos futuros de proyectos en carpeta del orden de un 0,27% del PIB de 2023.
 

Avanzar hacia la modernización del Estado

La propuesta en ningún caso apunta desregular la aprobación de proyectos, ni se debe ceder en la tramitación a las presiones de sectores políticos que buscan esto. Es perfectamente posible generar reducciones en los tiempos sin tener que reducir el nivel de exigencia o los estándares a los que se someten los proyectos de inversión en Chile.

Lo que se requiere es avanzar hacia una mayor modernización del Estado y sus trámites. Debe existir un equilibrio entre la protección del medio ambiente y el respeto a la voz de las comunidades, junto con una mayor inversión, productividad y crecimiento económico. El proyecto sin duda debe ser enriquecido en la discusión parlamentaria.
 
No es razonable que la oposición plantee que primero se debe avanzar en materias de seguridad y luego en crecimiento económico. Esta es una falsa dicotomía. Los gobiernos siempre pueden avanzar en tareas simultáneas. No es confiable además, que este planteamiento venga de una oposición que ha puesto énfasis en destinar tiempo legislativo en iniciativas que consumieron casi un año del congreso, como la obligación de cantar el himno nacional en los colegios, o que la hamburguesa de porotos no se le pueda llamar hamburguesa de porotos, por que la gente podría pensar que es de carne, y no de porotos.

El congreso tiene la tarea de sacar adelante estos y otros proyectos con foco en el crecimiento económico. Para eso se va a requerir poner los intereses de Chile y su gente, por sobre los pequeños intereses político-electorales.