Entre todo el tabú que existe sobre la sexualidad y la industria del porno, una psicóloga habló con BiobioChile sobre los síntomas de la adicción de la pornografía y cómo la educación sexual puede evitarla.

Debido al Internet, la mayoría de los adolescentes ha visto porno en su corta vida. Y puede que en muchas ocasiones la gente no logre identificar cuándo la curiosidad o diversión de los jóvenes se convierte en una adicción a la pornografía, afectando su vida diaria e incluso, su desarrollo.

Y es que, entre sus principales problemáticas está el tabú que existe en torno a este material, siendo difícil poder hablar del tema. Incluso, la adicción a la pornografía no se comentó hasta que la cantante Billie Eilish confesara haberla sufrido desde los 11 años en una de sus últimas entrevistas.

En conversación con BiobioChile, la directora de la Clínica Psicológica (Capsi) del Campus República de la Universidad Andrés Bello, Carolina Carrera, apunta que desde hace siglos se han realizado imágenes que relatan el acto sexual y que se trata de algo común.

“El porno no debería señalarse inmediatamente de ‘esto es malo’, sino que muta en la medida que existan aristas, como la edad: no es lo mismo que lo vea un adulto con sus capacidades de discernimiento a que lo vean niños que están aprendiendo y que terminan ligando la sexualidad, que es mucho más amplia, al acto sexual”, explica.

Síntomas

Según describe la psicóloga, al igual que todas las adicciones, quienes sufren de adicción a la pornografía acaban desarrollando una dependencia emocional a este tipo de material.

Otras señales pueden ser:

  • Incapacidad o dificultad para dejar de ver pornografía
  • Tener impulsos por verla frecuentemente
  • Enojo, hostilidad o irritabilidad ante restricciones
  • Ocultar el uso de pornografía
  • Sentimientos de culpa o vergüenza
  • Se tiene una vida sexual insatisfactoria
  • Necesidad de ver cada vez más para poder obtener la misma satisfacción
  • Angustia por tener un encuentro sexual real
  • Al final, los síntomas acaban siendo parte de sus mismas consecuencias, que pueden acabar retrayendo socialmente a quien sufre esta adicción, llegando al nivel de dejar de tener una vida sexual, afectando las relaciones tanto amorosas como familiares.

    De acuerdo a la especialista, la única forma de poder superar esta adicción es con terapia, ya que “hay que buscar la razón de por qué llegan a este punto, hay que buscar la raíz de esa angustia para poder superar estos cuadros”.

    ¿Cómo evitar la adicción?

    Carrera llama a ser realistas con la sociedad actual. La prohibición sólo empeoraría el problema, porque “los niños están expuestos a la pornografía en internet, ya que incluso se ha filtrado material de este tipo en las redes sociales que frecuentan”.

    No tenemos una forma de evitar que la industria del porno exista, además de que se puede encontrar muy rápido. Más que prohibirla, debe haber una educación adecuada para que no consideren estos videos como clases de sexualidad”, comenta.

    “Las familias y los colegios deberían otorgar a los menores una educación sexual. Se necesita informar sobre los problemas que puede a traer consumir pornografía a esa edad, para que comprendan que la sexualidad va más allá del acto sexual, que tiene que ver con sensaciones, identidades, sentimientos, un montón de áreas en su vida”, añade.

    Según la psicóloga, una correcta educación sexual no sólo ayuda a los adolescentes a que descubran su identidad, si no que también enseña a “cómo no cosificarnos y someternos a un tipo de acto”.

    De igual forma, enseñar a menores colaboraría en su autoestima al dejar de ver “el cuerpo pornográfico como el cuerpo del deseo”. “Se debe entender que es una película, no es la realidad”, cierra la profesional.