Los investigadores de la Queen Mary, financiados por la Bart's Charity, utilizaron los registros electrónicos de atención médica primaria de más de un millón de personas que vivían en el este de Londres entre 1990 y 2018 para explorar los síntomas tempranos y los factores de riesgo del Parkinson.

La pérdida de audición y la epilepsia son características tempranas del Mal de Parkinson, según una nueva investigación pionera de la Universidad Queen Mary de Londres, el primer estudio del Reino Unido sobre la condición en una población tan diversa, publicado en la revista ‘JAMA Neurology’.

Encontraron que los síntomas conocidos asociados con el Parkinson, incluyendo el temblor y los problemas de memoria, pueden aparecer hasta diez y cinco años antes del diagnóstico, respectivamente. Pero también descubrieron dos nuevas características tempranas del Parkinson, la epilepsia y la pérdida de audición, y fueron capaces de replicar estos hallazgos utilizando datos adicionales del Biobanco del Reino Unido.

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Mientras que los signos tempranos del Parkinson se han descrito previamente, estos estudios se han centrado en gran medida en las poblaciones blancas acomodadas, con los pacientes de grupos étnicos minoritarios y los que viven en áreas de alta privación social en gran medida subrepresentados en la investigación del Parkinson hasta la fecha.

El nuevo estudio proporciona ahora más pruebas de los factores de riesgo y de los primeros signos del Parkinson, utilizando por primera vez datos de una población urbana tan diversa y desfavorecida.

En el este de Londres, condiciones como la hipertensión y la diabetes de tipo 2 se asociaron con mayores probabilidades de desarrollar Parkinson. Los investigadores también observaron una asociación más fuerte entre las dolencias de la memoria dentro de esta población que la descrita anteriormente.

El este de Londres tiene una de las proporciones más elevadas de población negra, del sur de Asia y de grupos étnicos mixtos/de otro tipo, que representan alrededor del 45% de los residentes en la zona, en comparación con el 14% en el resto del Reino Unido. También tiene algunos de los niveles más altos de privación en el Reino Unido, y el 80% de los pacientes incluidos en el estudio eran de hogares con bajos ingresos.

La autora principal del estudio, la doctora Cristina Simonet, neuróloga y estudiante de doctorado en la Universidad Queen Mary de Londres, asegura que “este es el primer estudio que se centra en la fase de prediagnóstico del Parkinson en una población tan diversa con una alta privación socioeconómica pero con acceso universal a la atención sanitaria”.

Mal de Parkinson
Wikimedia Commons

“Las personas de grupos étnicos minoritarios y de zonas desfavorecidas han estado en gran medida subrepresentadas en la investigación sobre el Parkinson hasta ahora, pero para permitirnos obtener una imagen completa de la condición necesitamos asegurar que la investigación sea inclusiva y represente a todos los afectados”, añade.

Así, destaca que el estudio ha descubierto estos dos factores de riesgo y síntomas tempranos, la epilepsia y la pérdida de audición. “Mientras que investigaciones anteriores han insinuado la asociación, como que la epilepsia es más frecuente en los pacientes de Parkinson que en la población general, ahora se necesita más investigación para que podamos entender completamente la relación”, apunta.

Pero mientras tanto, advierte de que “es importante que los médicos de atención primaria sean conscientes de estos vínculos y entiendan lo temprano que pueden aparecer los síntomas del Parkinson, para que los pacientes puedan obtener un diagnóstico oportuno y los médicos puedan actuar de forma temprana para ayudar a controlar la enfermedad”.

Por su parte, el doctor Alastair Noyce, lector de neurología y neuroepidemiología en la Universidad Queen Mary de Londres, que también es autor de la nueva investigación, recuerda que “la gente acude a su médico de cabecera con síntomas, pero a menudo no recibe un diagnóstico hasta cinco o diez años después. El temblor, por ejemplo, es uno de los síntomas más reconocibles del Parkinson, pero en nuestro estudio se observó diez años antes del diagnóstico final”, señala.

Advierte de que “esto es demasiado tiempo para que los pacientes esperen. Si somos capaces de diagnosticar el Parkinson antes, tenemos una oportunidad real de intervenir pronto y ofrecer tratamientos que podrían mejorar la calidad de vida de los pacientes”, asegura.

“Este estudio confirma que muchos de los síntomas y características tempranas del Parkinson pueden ocurrir mucho antes de un diagnóstico –prosigue–. A través de nuestra investigación en curso PREDICT-PD, esperamos identificar a las personas con alto riesgo de Parkinson incluso antes de que aparezcan los síntomas obvios – lo que significa que podríamos hacer algo más que mejorar la calidad de vida de los pacientes, y tal vez estar en condiciones de ralentizar o curar el Parkinson en el futuro”.