La calidad del aire supone un factor importante para la salud humana, por lo que el aumento de la contaminación ambiental ha significado también un incremento en los niveles de afecciones respiratorias y otros tipos de padecimientos.

Por esta razón, es que mediante la disminución de los niveles de contaminación del aire los países pueden reducir la carga de morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido un nuevo informe en el cual documenta que los niveles de contaminación del aire “ya no son seguros” para las personas.

Según recoge BBC, los expertos han encontrado más evidencia de los efectos adversos de seis tipos de contaminantes en la salud humana: las partículas en suspensión PM2.5 y PM10; el ozono (O3); el monóxido de carbono (CO); el dióxido de azufre (SO2) y el dióxido de nitrógeno (NO2).

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“La evidencia acumulada es suficiente para justificar acciones para reducir la exposición de la población a contaminantes atmosféricos clave, no solo en países o regiones particulares, sino a escala global”, señaló la OMS a través de un comunicado, agregando que cerca 7 millones de personas mueren anualmente de manera prematura debido a la contaminación del aire.

María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, explica a El País que “los nuevos límites suponen que hay que multiplicar el nivel de ambición para reducir la contaminación”, además de que emplaza a los gobernantes a tomar acciones para reducir la contaminación.

La OMS estima que en 2016, “aproximadamente el 58% de las muertes prematuras relacionadas con la contaminación atmosférica se debieron a cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares, mientras que el 18% de las muertes se debieron a enfermedad pulmonar obstructiva crónica e infecciones respiratorias agudas, y el 6% de las muertes se debieron al cáncer de pulmón”.

“Algunas muertes pueden atribuirse a más de un factor de riesgo al mismo tiempo. Por ejemplo, tanto el consumo de tabaco como la contaminación del aire ambiente pueden provocar cáncer de pulmón. Algunas de las muertes por cáncer de pulmón podrían haberse evitado con la mejora de la calidad del aire ambiente o con la reducción del consumo de tabaco”, agrega el informe de la OMS.

Sobre los efectos en la salud, la OMS sostiene que el SO2 (un gas incoloro con un olor penetrante que se genera con la combustión de fósiles como el carbón y petróleo, y la fundición de menas que contienen azufre), puede afectar al sistema respiratorio y las funciones pulmonares, y causa irritación ocular.

La inflamación del sistema respiratorio provoca tos, secreción mucosa y agravamiento del asma y la bronquitis crónica; asimismo, aumenta la propensión de las personas a contraer infecciones del sistema respiratorio.

“En combinación con el agua, el SO2 se convierte en ácido sulfúrico, que es el principal componente de la lluvia ácida que causa la deforestación”, agrega el documento.