Hace pocos días, la Comisión de Constitución del Senado aprobó en general -de forma unánime- el proyecto de ley para agilizar los procedimientos en contra de los “arrendatarios rebeldes”; malos pagadores que se niegan a ir del inmueble.

El avance de los trámites legislativos de esta norma son buenas noticias para el mercado inmobiliario, pues una vez aprobada la ley, mejora sustancialmente las condiciones para invertir en propiedades. Actualmente, el dueño de una vivienda arrendada está en total estado de indefensión ante morosidades o daños del inmueble. Existen casos en que los arrendatarios deben meses de arriendo y de gastos comunes, pero el lograr recuperar el inmueble puede demorar más de un año, en algunos casos.

La ley que se discute en el Congreso permitirá el desalojo en 10 días. Con esto, una mala selección del arrendatario será un problema que, si bien resta rentabilidad a la inversión, no la hace insostenible en el tiempo. Hay opciones de recuperarse.

El inversionista “hormiga”, que compra 1-2 departamentos a modo de inversión, es el que más se beneficia. Un tema no menor, considerando que el alza de la UF y en las tasas de interés, han tendido a restar interés por comprar para invertir.

Lo cierto es que la rentabilidad del negocio se ha ido ajustando cada vez más –y con el proyecto de ley para concretar desalojos en tiempos razonables aún en el Congreso– la elección de un buen arrendatario es fundamental por estos días para que haya un buen retorno. En ese contexto, el llamado es a asesorarse, con expertos que conocen el mercado y que pueden hacer una evaluación comercial eficiente sobre los candidatos a arrendar.

Víctor Danús
Gerente general en PROurbe Gestión Inmobiliaria

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