El fútbol femenino sudamericano llevaba años esperando este momento. Ya no es una propuesta vaga, una lucha de las jugadoras ni un evento por confirmar. Las clasificatorias de CONMEBOL para el Mundial de Brasil 2027 son un hecho. La Roja ya sabe dónde y cuándo enfrentará a sus rivales por un cupo a la cita planetaria.
Pero el formato no es perfecto. No habrá ida y vuelta, generando desequilibrios: no es lo mismo recibir a Argentina que enfrentarla fuera. Además, la competencia terminará un año antes del Mundial, dejando a las selecciones no clasificadas sin torneos internacionales por un largo periodo.
Chile jugará de local ante Bolivia, Paraguay, Argentina y Ecuador. De visita debutará con Venezuela, luego Perú, Colombia y Uruguay. La Roja sorteará la altura, pero no evitará el infierno de Barranquilla ni el templo de Montevideo. Seremos forasteras ante dos rivales directos por los cupos.
Tras el éxito de la Copa América 2018 en nuestro país, La Roja ha bajado su rendimiento en el torneo sudamericano. Terminó sexta en la Copa América Ecuador 2025, resultado que deja al equipo fuera de competencias tan importantes como los Juegos Olímpicos y Panamericanos.
Con solo meses para preparar la Liga de Naciones, ya no hay margen para experimentar. Como han dicho varias jugadoras, esta selección no puede seguir en una “fase de recambio o aprendizaje”. Eso corresponde a las selecciones juveniles. La adulta debe competir, y su último examen fue reprobado.
En este contexto, ¿Chile puede darse el lujo de dejar fuera a Christiane Endler? La arquera ha dicho estar dispuesta a volver, y el entrenador confirmó una primera conversación. Pero el regreso de Tiane implica matices.
En tiempos donde la desinformación, el hostigamiento de género y la violencia digital contra mujeres en espacios públicos son frecuentes, no podemos ignorar cómo se canceló a Endler tras su salida. Se le acusó injustamente de “abandonar a La Roja”, pese a que su club, el Lyon francés, solo le dio permiso para jugar hasta cierta fecha, en un torneo no reconocido por la FIFA. Esa situación fue informada desde el inicio al cuerpo técnico y la Federación. Varias jugadoras llegaron tarde o se fueron antes, pero todas las críticas recayeron sobre ella.
Paralelamente a la Copa América, se jugó la Eurocopa. Con Inglaterra revalidando su título, estadios llenos, premio inédito de 41 millones de euros (con al menos 30% para las jugadoras) y tecnologías avanzadas como VAR y goal-line technology en todo el certamen.
Ese es el estándar con el que Endler convive a diario. Si fuera inglesa o española, habría jugado la final de la Eurocopa. Pero Tiane es chilena y está orgullosa de serlo. Tengamos altura de miras para esta ídola del deporte nacional. Defendamos su legado, como el de Yanara Aedo, Fernanda Pinilla, Karen Araya, Carla Guerrero y Cote Rojas. Honremos también el de Catalina Díaz y tantas otras históricas.
Clasificar al Mundial de Brasil 2027, el primero que se jugará en nuestro continente y al que Chile bien podría postular en el futuro, no solo implica ir al torneo más importante de fútbol femenino. Clasificar también significa crecimiento en la liga local, un campeonato nacional más sólido, más representación en la Libertadores y más licencias para jugadoras. Por eso, la urgencia y la importancia del objetivo porque Sudamérica ha crecido. Para lograrlo, las necesitamos a todas, y sin duda, a Christiane Endler.
Alexandra Benado, exministra del Deporte.
En colaboración con Javiera Court, exfutbolista.
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