Modernizar es, también, que las autoridades asuman sus responsabilidades.

En una columna anterior cuestionamos la normalización de malas prácticas como el uso malicioso de licencias médicas y los efectos económicos, laborales y sociales que ello generaba. En esa misma ocasión dijimos que encontrábamos “prudente y razonable que la Contraloría General de la República haya iniciado un sumario administrativo en la propia Superintendencia de Seguridad Social, en el Compin y en Fonasa para investigar eventuales incumplimientos de sus deberes institucionales en lo relativo al control que correspondiese realizar a dichas entidades en esta materia”.

La Suseso y una autoridad sin autocrítica

Después de escuchar la comparecencia ante la Comisión de Salud del Senado, de la Superintendenta de Seguridad Social, Pamela Gana, autoridad que se ha jactado de haber llegado a su cargo sin aporte político de ninguna colectividad -lo que ella sabe es absolutamente falso- parece pertinente ahondar en sus dichos, en los que palabra autocrítica está completamente ausente.

La Superintendenta ha dicho públicamente que “la Suseso no fiscaliza personas” ni el uso de licencias médicas. Eso es falso. Desde 2012, la ley N°20.585 ya le entrega a dicho organismo la facultad de fiscalizar a los profesionales que emiten licencias médicas y sancionarlos si lo hacían sin justificación médica. También establecía que debía remitir los antecedentes al Ministerio Público en caso de falsedad.

Por otra parte, la Ley Orgánica de la Suseso también es clara: le otorga amplias atribuciones para fiscalizar los regímenes e instituciones de la seguridad social, lo que incluye el uso de licencias.

A su vez, ante el convenio con la PDI que estuvo por años sin activarse, cabe preguntarse: si la PDI no cooperaba, ¿por qué no hay registro de reclamos formales ni gestiones ante el Ejecutivo por parte de la Suseso? En la prensa se consigna que recién con la llegada del nuevo Director General de la PDI se solicitó información, porque se habían hecho los “avances informáticos”. Pero el propio convenio establece que es la Suseso la que debe definir la nómina de cédulas y el período a analizar, por lo tanto, era su responsabilidad pedir dicha información. No lo hizo.

Pretende endosar toda la responsabilidad a la Compin y a Fonasa suena a excusa y a tratar de construir una coartada administrativa, cuando la Suseso tenía las facultades y no actuó. Eso debe decirse con claridad: sí podía fiscalizar y no lo hizo.

Incluso más, durante la sesión en la Comisión de Salud, la superintendenta reconoció que conocían de la existencia de licencias falsas, que se vendían a través de páginas web, pero que no podían iniciar una fiscalización porque ello requería haber comprado una licencia en esos sitios y ello no era legalmente posible. Parece increíble que una Superintendencia, supedite y limite su accionar a los avances tecnológicos o a la acción de terceros como la PDI o el Ministerio Público.

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La modernización pendiente

Claramente, pueden existir muchas explicaciones acerca de las limitaciones institucionales, presupuestarias, de personal o de tecnología, pero eso no es suficiente para explicar y menos justificar que hoy estemos ante un megafraude al Estado -o sea a todos los ciudadanos- que conocemos por el trabajo de otro organismo, como la Contraloría, así como en otros casos hemos conocido graves irregularidades a través de la prensa o de filtraciones de documentos o de audios.

Este caso, del que seguramente aún nos falta mucho por conocer, pues hasta ahora solo sabemos de esos 25 mil que salieron del país, y falta conocer la fiscalización a los beneficiarios de Capredena y a los que usaron licencias para desplazarse dentro del país, nos pone frente a otro tema postergado por años: la necesaria modernización del Estado.

Modernizar no es tener cuentas en las redes sociales o cumplir con la ley de lobby o de transparencia. Modernizar es lograr mayores niveles de eficiencia, para que los recursos de todos los chilenos sean usados para bienestar de la mayoría y no para el mal uso de los vivarachos de siempre.

Modernizar es, también, que las autoridades asuman sus responsabilidades.