Efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros ingresaron esta mañana al Campus Oriente de la Universidad Católica en la capital, para desalojar la toma que protagoniza un grupo de estudiantes.

La acción de protesta se inició la mañana del miércoles por la renovación de contrato de un funcionario acusado de acoso.

Personal uniformado realizó ingreso a las dependencias universitarias tras recibir autorización de parte del rector, operativo que dejó 57 personas detenidas.

Según información policial, se detuvo a 42 mujeres, que fueron enviadas a la 33º Comisaría de Ñuñoa; y 15 hombres trasladados a la 19º Comisaría de Providencia.

Denuncian violencia excesiva

Los participantes de la toma indicaron, a través de un comunicado, que el desalojo comenzó a eso de las 7:00 cuando todos dormían, a excepción de tres personas que ejercían vigilancia.

“FFEE en ningún momento nos mostró una orden judicial que respaldara el desalojo que se llevó a cabo, por más que se le solicitó repetidas veces a los distintos jefes y jefas en mando”, indicaron.

Además, denunciaron que los efectivos policiales actuaron con violencia, acusándolos de golpear a compañeras y de destrozar puertas, chapas y vidrios.

“Exigimos un espacio seguro de diálogo, en donde podamos movilizarnos de manera libre y sin los actos de las fuerzas opresoras de Carabineros que ha actuado con violencia, transfobia, homofobia y lesbofobia”, añadieron.

Rector defendió desalojo

El rector Ignacio Sánchez defendió el desalojo e indicó en un comunicado a los alumnos que “ciertamente esta decisión no ha sido una determinación fácil de adoptar, toda vez que como Universidad y comunidad creemos profundamente en la capacidad de diálogo, en los acuerdos y en el trabajo colaborativo como principales herramientas de construcción y mejoramiento de nuestro proyecto universitario”.

Según él, el desalojo se justificó debido a que “quienes efectuaron esta toma quebrantaron gran parte de las confianzas, del respeto y de la integridad en las que fundamos nuestra convivencia y en las que autoridades, profesores, administrativos, profesionales y estudiantes nos reconocemos como comunidad”.

“Como universidad nos preocupan sobremanera los problemas de violencia, incluida la violencia sexual, así como los problemas de abuso, de acoso y el hostigamiento. Son problemas graves y serios, aquí y en nuestro país. Lo hemos dicho en reiteradas ocasiones y hoy lo volvemos a reafirmar. Y porque creemos que son problemas muy graves, no nos parece adecuado que haya algunos intentos de exhibirlos livianamente y con desconocimiento de los esfuerzos legítimamente realizados por el resto de la comunidad”, puntualizó.

Luego en un punto de prensa indicó que no es cierto que un solo funcionario tenga 30 causas de acoso o abuso sexual, y que la universidad sí ha recepcionado las inquietudes de los alumnos.


Agregó que se investigan al menos siete denuncias contra alumnos, docentes y funcionarios.