Más de 100 mil personas participaron en la marcha realizada el viernes en el marco del Día Internacional de la Mujer en Santiago. Entre ellas había una supuesta monja, que llamó la atención con un cartel en que decía “No me dejan ser sacerdote”.

“Marcho por una Iglesia que enseñe igualdad y justicia con el ejemplo”, continuaba el texto.

La imagen generó diversas reacciones, pero luego se dio a conocer que la joven no era realmente una religiosa, sino una estudiante de actuación de la Escuela Internacional del Gesto y la Imagen La Mancha.

En conversación con BioBioChile, Sofía Espinosa explicó que es una convencida de que la iglesia Católica “se debe adaptar a los tiempos. Hoy no estamos para seguir perpetuando conductas machistas y menos enseñando la igualdad con un ejemplo desigual”.

La joven asegura provenir de una familia católica, haberse formado en un colegio de monjas, haber hecho la confirmación y haber participado en la CVX, que es un movimiento perteneciente a los Jesuitas.

Sofía detalló que la idea del disfraz surgió porque el tema de la marcha era “la mujer trabajadora” y en ese sentido, pensó en que hay puertas que se han ido abriendo poco a poco a las mujeres en distintas áreas, pero que aún existen espacios “donde la mujer sigue siendo sumamente inferior al hombre” y considera que un ejemplo de ello es la Iglesia.

Además, explicó que es feminista y católica, lo que “desde muy chica me ha causado confusión y dudas enormes”. En ese sentido, señaló que se ha cuestionado seguir formando parte de una institución con la que discrepa en varios temas. No obstante sostuvo que “si uno quiere lograr cambios en el lugar donde participa, debe hacerlos desde dentro y no apedrear por fuera”.

La estudiante dijo que por respeto no se consiguió el hábito de alguna congregación en particular y optó por usar una blusa blanca, un chaleco y una polera negra al revés en la cabeza.

No obstante, evitó referirse a si podría considerarse una falta de respeto disfrazarse de religiosa y hablar en su nombre sin ser una de ellas.

Recordemos que en junio del año pasado, el papa Francisco afirmó que la puerta está cerrada para el sacerdocio de mujeres, a pesar de resaltar que las mujeres deben tener más funciones en la Iglesia.

“Con el orden sagrado no se puede, porque dogmáticamente no va y Juan Pablo II fue claro y cerró la puerta, y yo no vuelvo sobre esto. Era algo serio, no un capricho”, afirmó en entrevista con Reuters, consignó ACI Prensa, y agregó que “la dimensión de la mujer va más allá de las funciones. Es algo más grande”.