Un reportaje de La Radio reveló uno de los casos que hasta ahora se mantenía en reserva: una violación a un mayor de edad dentro de la Catedral Metropolitana, cometida por el presbítero Tito Rivera.

El denunciante, que llevó el caso a la justicia, dijo haberle contado sobre el caso al cardenal Ricardo Ezzati, quien según su testimonio pidió rezar por el sacerdote y le dio $30 mil en efectivo. Sobrevivientes de abusos y laicos consideran que esto amerita sacar lo antes posible a Ezzati como arzobispo de Santiago.

Es uno de los casos más duros que afecta al Arzobispado de Santiago y que tuvo lugar en 2015, en medio de prácticas al parecer habituales del presbítero Tito Rivera, exrector de la iglesia de Las Agustinas, quien utilizaba habitaciones de la Catedral Metropolitana para cometer abusos sexuales a menores y una violación a un mayor de edad. El caso es investigado por el fiscal Emiliano Arias, y se conocía su existencia, pero sin detalles.

Así lo dio a conocer a un reportaje de La Radio, que cuenta parte del relato del denunciante -cuyo nombre está en reserva- quien denunció los hechos a la Oficina Pastoral de Denuncias (Opade) en 2015. El pasado 27 de febrero se ingresó una demanda por indemnización de perjuicios de $350 millones en el Poder Judicial, en contra del Arzobispado de Santiago.

El proceso canónico determinó verosímil la denuncia, y dio cuenta de otras acusaciones, como tocaciones a un seminarista y a un menor de edad, las que quedaron archivadas. Una de las víctimas entregó fotografías y videos caseros de actos sexuales, tras lo que Tito Rivera confesó que efectivamente mantuvo relaciones homosexuales en esas habitaciones.

Un informe posterior de la iglesia dejó por establecido que Tito Rivera tuvo “un comportamiento homosexual habitual, gravemente inmoral y prácticamente fuera de control”, infringiendo gravemente el Sexto Mandamiento.

El denunciante aseguró que contó sobre estos hechos al cardenal Ezzati, y que éste lo abrazó, lo mandó a rezar por el sacerdote y le entregó $30 mil en efectivo. Sólo en noviembre de 2016 -es decir más de un año y medio después- Ezzati elevó la causa a otra de carácter administrativo-penal canónico. Esta última, hace pocos meses, derivó en que Rivera Muñoz fuera sancionado con 14 años de suspensión de Ministerio Sacerdotal.

Juan Carlos Cruz, denunciante del excura Fernando Karadima, quien además denunció a Ezzati por encubrimiento, abordó este caso y sostuvo que los implicados ya deberían estar en la cárcel.

El vocero de los laicos de Santiago, Osvaldo Aravena, dijo que este caso hace más urgente que Ezzati sea relevado de su cargo como arzobispo capitalino.

En entrevista con el Expreso Bío Bío, el doctor en historia de la Iglesia, Marcial Sánchez, consideró que el Papa tiene absolutamente claro quién es Ezzati y que espera que enfrente su situación judicial para sacarlo del cargo.

En tanto, varios apuestan a que el Papa está esperando un gesto de Ricardo Ezzati, en el sentido de que sea más crítico con lo que ha hecho y también dar un paso al costado por las acusaciones que tiene en su contra.