El líder mapuche, Fidel Tranamil, señaló que aún hay voluntad de diálogo con el Gobierno, pero son "fusiles manchados de sangre" sobre la mesa. El comunero es hermano de Luis Tranamil, quien se encuentra en prisión preventiva por la muerte del carabinero Eugenio Naín.

Fidel Tranamil, uno de los líderes de la lucha mapuche, aseguró este miércoles que existe aún la voluntad de diálogo con el Gobierno que lidera el progresista Gabriel Boric, pero advirtió que en ningún caso será posible mientras el Ejército esté desplegado y haya sobre la mesa “fusiles manchados de sangre”.

En declaraciones a la prensa tras visitar en la cárcel de Temuco a uno de sus hermanos, Luis Tranamil, detenido por el asesinato del carabinero Eugenio Naín, el machi de la comunidad Lof Rofue pidió al mandatario que genere las “instituciones políticas de alto nivel” que permitan entablar un diálogo serio sobre la autodeterminación del pueblo mapuche e incluya en ellas la posibilidad de que participen observadores internacionales.

“Yo creo que el diálogo se tiene que dar en el momento en el que el estado y las distintas administraciones, hoy día la administración de Boric, genere las instancias políticas pero (para) un diálogo de alto nivel político”, subrayó a la agencia de noticias EFE.

“Aquí no se están pidiendo arreglo de caminos, no se está pidiendo un metro de tierra, se está hablando de un proceso autonómico mapuche, donde tendría que haber partes bien responsables políticamente, viendo diálogo de alto nivel político, que quizás tenga que haber veedores internacionales”, recalcó.

Mismos errores

Al hilo de este argumento, Tranamil acusó al nuevo Gobierno de cometer los mismos errores que los anteriores, le recriminó que se haya plegado igualmente a las presiones políticas y económicas, y lamentó que tampoco haya sido consciente de las tradiciones y costumbres de este pueblo indígena.

“Aquí el problema de fondo históricamente es que el estado y las diferentes administraciones no han sabido llevar un diálogo con el pueblo mapuche”, señaló.

Sobre el incidente armado ocurrido durante la visita de la ministra de Interior, Izkia Siches, que fue recibida con una ráfaga lejana de fusil, dijo que no pueden “venir y tratar de llevar un diálogo sin conocer mínimamente siquiera” cómo ellos trabajan y de “cómo es la tradición mapuche para ingresar en un sector”.

“Lo que pasó hoy del estado de excepción, de que el Gobierno haya cedido de alguna forma a la presión política, a la presión económica, al capital dentro de la zona yo creo que no daría pie para que nos sentemos a conversar con el Gobierno. Porque vuelvo a decirlo, con fusiles manchados de sangre nosotros no vamos a conversar”, aseguró.

Hizo referencia al Estado de Emergencia, que volvió a entrar en vigor el martes, pese a que el actual Gobierno lo criticó cuando era oposición y dijo que no lo recuperaría.

Los camioneros

Al respecto, señaló con el dedo al gremio de camioneros, que desde que Boric fue elegido ha mantenido diferentes movilizaciones en contra del Ejecutivo, primero por la seguridad y la migración irregular en el norte, después por cuestiones financieras y ahora por los ataques incendiarios en la Macrozona Sur.

“Los camioneros, que históricamente han generado una presión política, una presión desde el capital más duro, del fascismo más duro hacia el gobierno, ceden”, denunció.

“Cuando el Gobierno de (Michelle) Bachelet, camioneros presionaron de que iba a haber, no siquiera hicieron un paro, no pararon ni un camión en la carretera, y se generó la operación Huracán”, dijo. Esta operación fue lanzada por las fuerzas de Seguridad y después se demostró que se construyó con pruebas falsas, que trataban de involucrar al propio Fidel Tranamil.

Los mapuche, que mantienen un conflicto ancestral con el Gobierno por la venta de tierras a colonos y compañías forestales que explotan los bosques milenarios, consideran que su hermano Luis fue igualmente víctima de un complot y que es un preso político.