Es jueves 13 de septiembre de 1973 y han pasado sólo 48 horas desde que las Fuerzas Armadas derrocaran al presidente Salvador Allende y al gobierno de la Unidad Popular (UP). La Moneda ha sido bombardeada y miles de chilenos a lo largo de todo el país están siendo detenidos por orden de la nueva Junta Militar liderada por Augusto Pinochet.

Es en ese complejo escenario que un grupo de militantes de la Democracia Cristiana (DC) deciden firmar una declaración en rechazo al golpe militar. Esto, pese a que la directiva de la colectividad, encabezada en aquel entonces por Patricio Aylwin, justificara el fin del gobierno de la UP.

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Condenamos categóricamente el derrocamiento del Presidente Constitucional de Chile, señor Salvador Allende, de cuyo Gobierno, por decisión de la voluntad popular y de nuestro partido, fuimos invariables opositores. Nos inclinamos respetuosos ante el sacrificio que él hizo de su vida en defensa de la Autoridad Constitucional.
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Impulsada por el exministro del Interior de Frei Montalva, Bernardo Leighton, la carta del llamado Grupo de los 13 pasó a la historia por su público rechazo al nuevo y cruento régimen, pese a las graves consecuencias que aquello podría haber acarreado para los firmantes, quienes con esta acción pusieron incluso en peligro sus vidas.

En conversación con la Unidad de Investigación de BioBioChile, Jorge Donoso, abogado y uno de los firmantes de la carta, recuerda cómo ocurrieron los hechos. Cuenta, por ejemplo, que durante el golpe se reunieron en la casa de Bernardo Leighton.

“Él e Ignacio Palma quisieron irse a La Moneda a solidarizar con Allende, como lo había hecho Bernardo en otras situaciones similares con gobiernos de distintos matices”, menciona.

“La segunda cosa que hizo don Bernardo fue hacer por teléfono un recurso de amparo en favor de personas que nosotros sabíamos que habían sido detenidas, o que podían ser detenidas, entre ellos Carlos Briones, que era el ministro del Interior de Allende”, cuenta.

“En tercer lugar, lo que podíamos hacer era una declaración pública sin perjuicio de lo que podía hacer la directiva del partido. Y esa declaración comenzó a escribirla ese mismo día don Bernardo y finalmente la firmamos el 13 de septiembre en la casa de Ignacio Palma”, puntualiza.

Una carta que podía significar graves consecuencias

Belisario Velasco, exministro del Interior y exsubsecretario de la misma cartera, también fue uno de los 13 miembros de la DC que firmó la declaración. A 48 años de lo ocurrido, recuerda con bastante detalle cómo se gestó la firma de la histórica declaración: “En una reunión con los dirigentes del Partido Comunista, plantearon que el golpe militar ya venía”, dice.

“La exdirectiva del partido, Renán Fuentealba, Bernardo Leighton y yo, resolvimos que era bueno hacerle presente al Presidente todos los problemas que había, y los antecedentes que se recibían de diversos sectores. Fui yo el encomendado de ir a hablar con el presidente Allende, lo hice cinco días antes del golpe, el día 6 de septiembre. Le expliqué todos los antecedentes nuestros y me dijo: ‘Mira, el día 11 voy a llamar a un plebiscito y se va a evitar cualquier problema, porque fundamentalmente va a estribar en lo relacionado con las tres áreas de la economía, que básicamente era lo que le importaba a la derecha"”.

“Me dio una serie de explicaciones, estuvimos más de una hora reunidos. Le di la información a Bernardo y a Renán, pero lamentablemente el día 11 en la mañana supimos por las radios y llamados telefónicos que se estaban tomando La Moneda, que se había retirado carabineros y que estaban entrando los militares y que había balaceras”, prosigue.

“Nos fuimos a la casa de Bernardo Leighton, que quería ir a La Moneda a defender la democracia, afortunadamente logramos contenerlo. Ese día se decretó toque de queda después de que se tomaron La Moneda y supimos también vía telefónica y diversos contactos que esto era nacional, que el golpe era de Arica a Punta Arenas. Bombardearon La Moneda y supimos de la muerte del Presidente, y colegimos que esto era una situación gravísima”, expresa.

Declaración contra la declaración

Velasco cuenta que posteriormente llegaron Claudio Huepe, Andrés Aylwin y Renán Fuentealba, entre otros, a la casa de Bernardo. “En eso supimos de la declaración de la directiva de partido que presidía Patricio Aylwin“, con la cual -afirma- “no concordábamos porque era prácticamente una declaración que contemporizaba con el golpe militar”.

En ese sentido, explica que “era una declaración que a nuestro juicio comprometía a la Democracia Cristiana en una posición que no era la nuestra”. Fue así como resolvieron publicar su propia declaración.

“Recibimos la información de la directiva del partido que si sacábamos esa declaración podíamos ser fusilados, cosa que confirmamos más tarde que esa medida se había conversado en los mandos militares con la oposición de la Armada. Era un susto, pero hubo 13 que resolvimos firmar independientemente de las consecuencias porque era la democracia, la vida de Chile, de nuestros hijos la que estaba en juego”, sentencia.

Velasco añade que pese a que fueron 13 quienes firmaron, podrían haber sido muchos más ya que habían varios que estaban dispuestos a firmar. No obstante, decidieron publicar la declaración cuanto antes. “Y ese día 13 de septiembre sacamos la declaración firmada por los 13. Sacamos la declaración muy clara, categórica. Claudio Huepe se encargó de distribuirla a los medios de comunicación y yo me encargué de entregarla en algunas embajadas. Salió en todo el mundo menos en Chile. Estábamos ya en dictadura”, recuerda.

Un grupo de los 13… que pudieron haber sido 14

Uno de los aspectos más conocidos de la carta es que dentro de los firmantes aparecía José Piñera Carvallo, miembro de la DC que había ejercido como embajador en Bélgica y Estados Unidos.

Sin embargo, al mediodía de aquel 13 de septiembre el padre del actual Presidente pidió que retiraran su firma del documento, lo cual se solucionó de una manera poco ortodoxa: dejaron un trozo de papel sobre su rúbrica.

Nunca quedó del todo claro la razón por la que Piñera Carvallo decidió ser borrado de la declaración, pese a que según Donoso originalmente iba a ser uno de los firmantes. En ese sentido, este último reconoce que hubo presiones por parte de la directiva, del partido y de “personas influyentes” para que algunos retiraran su firma.

“Uno de ellos fue José Piñera. Yo no conozco las razones que dio, pero sí se que otros quisieron retirarla, como Fernando Sanhueza, quien había sido presidente de la Cámara, pero don Bernardo les dijo ‘el que firmó, firmó’. En ese sentido, don Bernardo era un poco arbitrario a veces, y así como se lo aceptó a Piñera, no se lo aceptó a Sanhueza y otras personas”, recuerda Donoso.

Incluso, comenta con una tímida sonrisa una anécdota relacionada a la firma de Piñera. “Cuando Bernardo regresó del exilio, yo le pedí que me prestara la declaración original, porque me parecía importante como un documento histórico, y además a esas alturas habían como 50 o 100 personas que decían que habían firmado esa declaración”, señala.

“Pero don Bernardo me dijo: ‘No te la paso por dos razones. Una, porque no me la vas a devolver. Y segundo, porque está la firma de José Piñera y él la retiró, así que no quiero tener problemas’. En ese tiempo el hijo del mismo nombre, José Piñera, había sido ministro de Pinochet, así que él no quería enredarlo en problemas como ese”, continúa.

“Entonces yo le dije: ‘Don Bernardo, no se preocupe. Primero, le voy a devolver la carta’, y efectivamente se la devolví, y ahora está en el Museo de la Memoria. Y la segunda cosa que le dije fue que le iba a poner un papel encima de la firma de Piñera para que no aparezca. Si usted ve la declaración se dará cuenta que tiene algo encima de una firma que no se distingue, pero es la de Piñera”, menciona.

Declaración de los Trece, expuesta en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (CC) Wikimedia Commons

“Don Bernardo tuvo muchas diferencias con algunos que fueron sus colegas de gabinete en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, y con el propio Frei Montalva. Tenía la foto del gabinete y él le puso una cinta encima de la cara de cada uno de los que él estimó no habían sido suficientemente claros en repudiar el golpe. Y se los sacó de la fotografía cuando estimó que ya ellos habían tomado una actitud más decidida en contra de la dictadura”, rememora.

Por su parte, Belisario Velasco cuenta que si bien en la reunión inicial, “en la que éramos 7 u 8”, estaba José Piñera, finalmente no quiso que su nombre apareciera en la lista.

“En la carta que se entregó tanto a la prensa como en las embajadas no estaba el nombre de José Piñera. Estaba en un borrador que había pero no firmó el original. Primero se hizo un borrador que básicamente lo redactaron Bernardo y Renán, con algunas indicaciones de Ignacio Palma Vicuña. En ese borrador estaba presente José Piñera pero cuando se hicieron correcciones y se pasó al original, no figuró su nombre”, sostiene

“En ese tiempo no había computadores, no había nada, ni celulares. Estábamos con un teléfono en la casa de Bernardo y ahí nos juntamos el día 13, los que llegamos a firmar que en definitiva fuimos 13. Por eso se llama la Declaración de los 13. Nos iban a fusilar decían, pero sustos se pasaron durante 17 años. Ese fue el primero solamente”, reconoce.

Una carta con tintes históricos

En cuanto a la repercusión que tuvo la carta, Donoso asegura que al menos en Chile no tuvo mucha, “porque aquí fue absolutamente ignorada por las medidas de censura que había en los medios de comunicación, y la mayoría que lo pudieron haber publicado estaban clausurados”.

“Pero en el extranjero se conoció bastante, y yo creo que la repercusión política más importante de la declaración es que hizo posible que años más tarde, quienes habían estado en la oposición al gobierno de Allende como era el caso de la DC, pero que no querían el Golpe, como estaba señalado en la declaración, pudieron juntarse por la recuperación de la democracia. Yo creo que fue un elemento muy importante de mantener algún vínculo en lo que se llama ahora la centro-izquierda”, agrega.

Velasco, en tanto, complementa: “(La carta) tuvo una importancia fundamentalmente en lo que buscábamos, hacia la juventud. La juventud siempre nos apoyó, o el 90% al menos, para salvar un partido que tenía pocos años y que pudiera ser la base para volver a la democracia, donde todos los chilenos buscáramos la paz, el desarrollo y justicia”.

“Yo creo que fue bien recibida, especialmente por todos los jóvenes de Chile, y todos aquellos que éramos demócratas en el país, independientemente del partido y la posición que ocupaban”, indica.

El exministro del Interior además se detiene en un punto. “Hay que reconocer que Patricio Aylwin tuvo el valor y la hombría, más adelante en su libro El reencuentro de los demócratas, de reconocer que nosotros teníamos la razón, y que el partido debería haber apoyado y publicado nuestra declaración y no la de ellos, y que se habían equivocado”, enfatiza.

“Se pasaron sustos, uno no sabía cuando salía de la casa si volvía o no, o si lo allanaban en la noche. Yo estuve preso e incluso relegado en dos oportunidades, el año 1976 en Putre y en 1978 en Parinacota. Pero finalmente se recuperó la democracia y mi primer nieto nació en democracia”, concluye.

BioBioChile intentó comunicarse además con Renán Fuentealba, sin embargo su hijo explicó a nuestro medio que se encontraba impedido de conversar. Actualmente tiene 104 años. Tampoco fue posible contactar a Mariano Ruiz-Esquide.

¿Qué fue de los demás integrantes del Grupo de los 13?

Bernardo Leighton: ministro del interior en el gobierno de Eduardo Frei Montalva e impulsor de la declaración, viajó a Europa tras el golpe de Estado. Debido a su rechazo a la Dictadura, se le prohibió el regreso a Chile.

Estando allá, fue víctima junto a su esposa de un atentado perpetrado por neofascistas italianos, tras lo cual quedó con serias secuelas. Debido a su estado de salud, pudo retornar a nuestro país en 1978, retirándose de la vida política. Falleció en 1995 debido a un paro cardiorrespiratorio.

José Ignacio Palma: el exdiputado, exministro y expresidente del Senado fue el primero de los integrantes del Grupo de los 13 en fallecer. Murió el 27 de junio de 1988.

Sergio Saavedra: en 1973 había resultado elegido diputado por la Séptima Agrupación Departamental de Santiago, pasando a integrar la Comisión Permanente de Economía, Fomento y Reconstrucción. No obstante, tras el golpe de Estado su labor parlamentaria concluyó con la disolución del Congreso. Es padre de la reconocida periodista Consuelo Saavedra.

Claudio Huepe: fue intendente y diputado de la Provincia de Arauco. Tras el golpe de Estado estuvo detenido tres meses, tras lo cual partió al exilio en 1975, regresando a Chile en 1984.

Fue subsecretario general de Gobierno bajo la presidencia de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y ministro secretario general de Gobierno de Ricardo Lagos. Posteriormente se desempeñó como embajador en Venezuela, país en el que falleció en 2009 por un ataque al corazón.

Andrés Aylwin: hermano del expresidente Patricio Aylwin, fue diputado en dos periodos: 1965-1973 y 1990-1998. Luego del golpe fue exiliado, y tras su regreso tuvo un activo rol -en su calidad de abogado- defendiendo los Derechos Humanos. En ese periodo colaboró en la Vicaría de la Solidaridad. Falleció a los 93 años, el 20 de agosto de 2018.

Jorge Cash: asesor político del Presidente Frei Montalva, fue embajador ante la Unesco. Periodista de profesión, falleció en 1995.

Ignacio Balbontín: en 1978 fue parte del llamado Grupo de los 24, un grupo de 24 opositores al régimen de Augusto Pinochet que tuvo como objetivo crear las bases de acuerdo para una futura institucionalidad alternativa a la dictadura.

Ejerció como diputado entre 1994-1998, presidiendo a su vez la Comisión Permanente de Gobierno Interior, Regionalización, Planificación y Desarrollo Social. Falleció en 2015 a los 75 años.

Florencio Ceballos: abogado de profesión, fue presidente del Tribunal Supremo de la DC, concejal de Las Condes y director del Diario Oficial entre 1990 y 2010. Falleció el pasado mes de agosto.

Fernando Sanhueza Herbage: arquitecto y ex diputado por Santiago, tras el golpe salió de Chile al exilio en 1977, estableciéndose en un primer momento en Europa. Posteriormente vivió en México y finalmente en Venezuela, en dónde murió en septiembre de 2001.

Renán Fuentealba: es el más longevo del grupo. Abogado de profesión, fue senador, diputado, Intendente de Coquimbo y expresidente de la DC. Tras el golpe partió al exilio, regresando a Chile en 1983. Hoy en día tiene 104 años.

Mariano Ruiz-Esquide: es médico cirujano. En 1977 fue relegado a Antofagasta por sus críticas al gobierno de Augusto Pinochet. Luego de varios años como parlamentario, en 2013 decidió no repostularse como senador. Actualmente tiene 91 años.

Este medio intentó contactarse con Pablo Piñera, hermano del Presidente y antiguo exmilitante de la DC, pero no se obtuvo respuestas.