Las reacciones por las acusaciones de nepotismo hacia el gobierno de Sebastián Piñera continúan, a menos de una semana de cumplir dos meses en La Moneda. Primero, por la designación de su hermano Pablo “Polo” Piñera como embajador de Chile en Argentina, decisión que finalmente fue revocada, y luego, por el resto de los familiares de autoridades que entraron al aparato público después del 11 de marzo.

Fue el hermano del Presidente quien afirmó que “hay odiosidad en la política chilena”, refiriéndose a la acusación en su contra que investiga Contraloría, solicitada a fines de abril por los diputados Leonardo Soto, del Partido Socialista, y Daniel Núñez, del Partido Comunista.

En tanto, el viernes, y también en medio de cuestionamientos, presentó su renuncia el hijo del ministro del Interior, Andrés Chadwick Costa, que ocupaba el puesto de productor general de la presidencia, es decir, a cargo del desarrollo de las actividades del Presidente.

En esta renuncia, que se hizo pública por una carta dirigida a su tío Sebastián Piñera, expuso que “no me avergonzaré jamás de llamarme como me llamo”.

“Pienso que la política no debiera tratarse nunca de las personas, sino de las ideas detrás de un proyecto, un propósito, una misión. Siempre he querido, con mi esfuerzo, colaborar a esa causa. Jamás he querido que mi trabajo genere interpretaciones que puedan causar algún daño a usted, al equipo o al Gobierno. Nada más ajeno a mi persona y mis motivaciones”, añadió.

Asimismo, sostuvo que “hoy existe la intención de prejuzgar la participación de familiares en el Gobierno, sin valorar los méritos, ni las capacidades, y yo no quiero perjudicarlo a usted, al gobierno y mucho menos, alimentar a los malintencionados que buscan atacar a mi familia”.

En respuesta a esta situación, la vocera de Gobierno, Cecilia Pérez, calificó como una pequeñez política las medidas adoptadas por algunos sectores, agregando que no miraban a Chile a la hora de tomarlas. “Hay algunos que han elegido el camino de la odiosidad”, criticó.

Por su parte, el excandidato presidencial de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, afirmó que eliminar el nepotismo es una forma de gobernar más transparente. “Esto es una cosa de mínima transparencia en una democracia”, advirtió.

En tanto, el senador de Evópoli, Felipe Kast, afirmó que la Alta Dirección Pública es la que debe asegurar que un pariente esté capacitado para trabajar en el Gobierno. Su partido presentará proyecto para regular este tema. “En el fondo, permitir que sea el mérito, certificado, lo que funcione”, dijo.

Desde la Unión Demócrata Independiente (UDI), su secretario general, el diputado Issa Kort, explicó que han tenido la idea de legislar al respecto desde antes de la polémica. “La UDI no ha construido un escenario a través de una coyuntura que se vivió con respecto a una designación en particular”, manifestó.

La polémica se ha caracterizado por las duras críticas, marcando una diferencia a lo que ocurrió en Chile en los últimos años, cuando presidentes instalaban a sus yernos en puesto claves. Por ejemplo, Ricardo Lagos, o la propia Michelle Bachelet, que nominó a su prima como agregada de comunicaciones en la Embajada de Perú.