Tres agencias de la ONU instaron este martes a “reorientar” las ayudas a la agricultura tras considerar que en demasiados casos generan efectos “dañinos” para el medioambiente o la salud.

A pocos días de la cumbre mundial de sistemas alimentarios organizada por la ONU en Nueva York, el 23 de septiembre, la FAO (agricultura y alimentación), el PNUD (desarrollo) y el PNUMA (medioambiente), presentaron un informe que juzga de manera muy severa el impacto de la ayuda a los agricultores en el mundo.

Titulado “Una oportunidad de varios miles de millones de dólares”, este informe documenta que el apoyo a los agricultores en todo el mundo asciende a un monto de unos 540.000 millones de dólares (unos 456.100 millones de euros) al año. De estos, unos 470.000 millones -o sea, el 87%- provocan “distorsiones de los precios y son perjudiciales para el medioambiente y a nivel social”.

Una parte importante de estas ayudas, 294.000 millones de dólares por año, proviene de los incentivos a los precios, mediante los aranceles aduaneros, subvenciones a la exportación y cuotas de importación, según el informe.

“Esto genera distorsiones de los precios” y de la competencia, subraya Marco Sánchez, economista en la FAO y uno de los autores de este informe, quien fue entrevistado por la Agence France-Presse. “¡Esto perjudica a la eficacia!”, insiste.

“Toma de conciencia”

Las ayudas presupuestarias a los agricultores, que alcanzan unos 245.000 millones de dólares por año, pueden tener de manera concomitante “un impacto negativo sobre el medioambiente”, cuando están vinculadas a determinada producción en concreto o insumos (“ayudas asociadas” o acopladas). Esto puede llevar a una “utilización masiva de productos químicos, a la disminución de los recursos naturales y al desarrollo del monocultivo”, advierte Sánchez.

Es muy probable además que estas ayudas perjudiquen al equilibrio nutricional de las poblaciones al fomentar el consumo de alimentos básicos (azúcar, por ejemplo), en detrimento de las frutas y hortalizas, destaca.

Solamente los 110.000 millones de dólares de gasto que benefician colectivamente al sector para los servicios generales (infraestructura, investigación y desarrollo, etc.) son considerados verdaderamente eficaces por los autores del informe.

El documento tiene por objetivo despertar “la conciencia de los gobiernos del mundo entero”, señala Qu Dongyu, director general de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). Los países deben “repensar sus regímenes de apoyo a la agricultura de tal forma que se vuelvan capaces de transformar nuestros sistemas agroalimentarios”, con cuatro objetivos en la mira: “una mejor nutrición, mejor producción, mejor medioambiente y mejor calidad de vida”, añade.

Por etapas

Estos tres organismos de la ONU abogan por una gestión en seis etapas para alcanzar una reforma gradual de estos apoyos. La reorientación de las ayudas deberá hacerse de una manera “transparente”, basándose “en las evidencias” y adaptándose a la situación en los distintos países, subraya el informe.

Con el hecho de pasar a apoyos a la agricultura “más respetuosos con la naturaleza, equitativos y eficaces, podemos mejorar los medios de subsistencia y de manera simultánea reducir las emisiones contaminantes, protegiendo a los ecosistemas y reduciendo la utilización de productos agroquímicos”, señala Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.

Los apoyos públicos a la agricultura son objeto de críticas frecuentes. En junio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lamentó en un informe que este verdadero maná esté mal orientado. La OCDE aspira a que se haga aún más hincapié sobre la innovación para ganar en productividad y respetar mejor el medioambiente.

“Pero, esta es la primera vez en tiempos recientes que tres agencias de la ONU lanzan este mensaje con una sola voz, con pruebas detalladas y nuevos datos”, asegura Sánchez.

Espera que la gestión en seis etapas propuesta para reorientar estos apoyos “sea adoptada por algunos países”.

“En su conjunto, la redistribución de los apoyos agrícolas son una oportunidad única para transformar los sistemas alimentarios, pero esto no podrá ser así sin un fuerte apoyo de los gobiernos y una acción urgente en los próximos eventos internacionales”, para empezar en la cumbre sobre sistemas alimentarios, destaca.