El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, denunció este viernes los “horrendos abusos” que sufren los musulmanes uigures detenidos en campamentos en China.

“Cientos de miles, posiblemente millones de uigures son detenidos en contra de su voluntad en los llamados campamentos de reeducación donde son forzados a soportar un severo adoctrinamiento político y otros abusos horrendos”, dijo Pompeo en un discurso sobre la libertad religiosa en el mundo.

“Sus creencias religiosas son aniquiladas”, lamentó el secretario de Estado.

La semana pasada, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, denunció la situación de esta minoría étnica turcófona y musulmana.

China ha negado las denuncias de que un millón de miembros de la minoría musulmana uigur han sido internados en campos de concentración en la provincia occidental de Xinjiang.

El gobierno chino justifica la represión en Xinjiang, una zona fronteriza con Afganistán y Pakistán, por la necesidad de luchar contra el “terrorismo” islamista y contra el separatismo de una parte de los miembros de la comunidad uigur.

El mes pasado miembros del Congreso de Estados Unidos, de ambos partidos, instaron a aplicar sanciones contra funcionarios chinos involucrados en la internación de personas en Xinjiang.

Pompeo no especificó en su discurso si se adoptarán medidas, pero sí se expresó también sobre el destino de los cristianos en China.

El gobierno, dijo, ha estado “cerrando iglesias, quemando biblias y ordenando a los creyentes que firmen actas para renunciar a su fe”.