El Ejército de Israel reveló este martes sus cifras de la ofensiva que mantiene desde el inicio de la guerra en Gaza en su frontera norte, contra la milicia chií libanesa Hizbulá, y aseguró haber matado a más de 300 milicianos y herido a unos 700 en cinco meses de ataques mutuos.

El conflicto que Israel y la milicia chií libanesa Hezbolá mantienen abierto desde octubre, a raíz de la guerra en Gaza, vivió este martes una de sus peores escaladas.

Lo anterior, con más de un centenar de cohetes lanzados hacia Israel y la muerte desde anoche de al menos tres personas en bombardeos israelíes en el este del Líbano.

“En respuesta a los lanzamientos hacia Israel por la organización terrorista Hezbolá esta mañana, aviones de combate atacaron dos de sus centros de mando en el área de Baalbek, en lo profundo de Líbano”.

Así fue como lo indicó este martes un comunicado castrense israelí, que confirmó bombardeos también en la ciudad de Bint Jbeil.

Pese a esto, según un gobernador local las bombas israelíes cayeron en “una casa abandonada en Al Nabi Shet y contra un almacén de alfombras en Saraain”.

Los dos fallecidos se suman a un tercer muerto anoche durante el bombardeo israelí de varios puntos, también del Valle de la Bekaa. Fue este ataque nocturno el que, según Hezbolá, desencadenó el disparo de más de un centenar de cohetes.

“Hezbolá está listo y preparado para cualquier expansión de los combates”, aseguró hoy un miembro del grupo al periódico qatarí Al-Araby Al-Jadid.

Lejos de apaciguar los enfrentamientos, Israel confirmó nuevos ataques aéreos y de artillería durante la tarde del martes contra “infraestructuras e instalaciones militares” de Hezbolá.

“Estamos comprometidos con el proceso diplomático, pero la agresión de Hezbolá nos está acercando a un punto crítico en la toma de nuestras decisiones militares”, advirtió el ministro israelí Yoav Gallant.

Mayor tensión también en Cisjordania

Mientras se recrudece la violencia en el norte de Israel, además de la ofensiva devastadora en Gaza que ya cumple 158 días, los territorios palestinos ocupados viven también una tensión creciente.

Está previsto que miles de efectivos policiales sean desplegados por la Ciudad Vieja de Jerusalén, en la parte oriental ocupada por Israel, según anunció hoy la portavoz de la Policía.

Pese a haber anunciado en un principio que no habría limitaciones en el rezo, Israel solo está permitiendo la entrada a Jerusalén desde el territorio ocupado de Cisjordania.

Esto, a fin de que puedan orar en la Explanada de las Mezquitas, a los hombres mayores de 55 años; las mujeres mayores de 50 y los niños de hasta 10 años.

Todos ellos necesitarán previamente un permiso válido, el cual puede estar sujeto a cambios por “razones de seguridad”, según el COGAT, organismo del Ejército israelí.

La noche del 10 de marzo, domingo, cientos de jóvenes palestinos no pudieron acceder al complejo que alberga la mezquita sagrada de Al Aqsa, y en varias ocasiones fueron golpeados por porras en manos de agentes de Policía, según un video difundido en redes sociales.

“La lógica militar basada en la brutalidad de la fuerza no proporciona seguridad y estabilidad a nadie”, denunció ayer en un comunicado el Ministerio de Exteriores palestino, después de que Israel anunciara el despliegue de 23 batallones de soldados para atrincherar Cisjordania.