En medio de la devastación en Gaza, el profesor palestino Tareq al Enabi lidera un aula improvisada en un refugio, desafiando los constantes bombardeos para seguir enseñando inglés a un grupo de niños.

En medio de la ciudad de Rafah, ubicada en el sur de la Franja de Gaza, un aula improvisada dentro de un refugio sirve como espacio educativo en tiempos de guerra. La escena muestra ropa colgada de las ventanas y sillas dispuestas frente a una tabla de madera con la pregunta: “¿Amas a Palestina?”, en inglés.

Según dio a conocer el medio BBC Mundo, desde el inicio de la guerra en Gaza en octubre, la educación ha sido una de las víctimas de los conflictos en la región. Tareq al Enabi, un profesor palestino, se ha ofrecido voluntariamente para enseñar a los niños en este pequeño espacio, asegurándose de que continúen aprendiendo a pesar de las difíciles circunstancias.

Los eventos acontecidos desde el 7 de octubre ha dejado a más de 625,000 estudiantes palestinos sin acceso a la educación. Según Naciones Unidas, desde el comienzo de la ofensiva de Israel en Gaza en respuesta a un ataque de Hamás.

Dejar atrás la realidad de la guerra

En esta modesta aula improvisada, los niños intentan dejar atrás la realidad de la guerra, participando activamente en las lecciones de inglés que Tareq imparte. A pesar de los desafíos, el maestro cree que sus clases proporcionan a los estudiantes una herramienta para expresar sus sentimientos sobre la guerra.

La iniciativa de Tareq ha ganado el entusiasmo de los niños desplazados y sus familias en Gaza. Inicialmente, asistían diez alumnos, pero ahora participan 30 niños de entre 8 y 14 años, rotando en cursos de aprendizaje de inglés.

Según Naciones Unidas, más de 625,000 estudiantes palestinos han sido privados de educación desde el comienzo de la ofensiva de Israel en Gaza en respuesta a un ataque de Hamás en territorio israelí. El Ministerio de Educación de Gaza informa que más de 3,477 estudiantes y 203 miembros del personal educativo murieron en los dos primeros meses de la guerra.

Sin embargo, en esta pequeña aula improvisada, los niños intentan alejarse de la realidad que los rodea. Participan activamente en las clases, levantan la mano con entusiasmo y tratan de mantener un ambiente similar al de un día escolar normal, señala el reportaje.

La falta de condiciones adecuadas

Tareq trajo consigo su propio pizarrón, que utilizaba anteriormente para dar clases privadas, y distribuyó pequeñas tablas y trozos de tiza rotos a los estudiantes. “Es una oportunidad para sacar a los estudiantes de la atmósfera de destrucción y enseñarles inglés”, comenta el profesor.

El conflicto ha tenido un impacto devastador en el sistema educativo de Gaza. Más de 342 edificios escolares resultaron dañados en los dos primeros meses de la guerra, según Unicef, representando casi el 70% de todos los edificios escolares en la región.

Según consignó BBC Mundo, el responsable de Comunicación de Unicef, Ricardo Pires, destaca desafíos adicionales como la escasez de aulas seguras, la falta de profesores calificados y la destrucción de materiales de enseñanza. Los desplazados internos enfrentarán dificultades para evacuar las escuelas y regresar a sus hogares, y la reconstrucción de las escuelas dañadas llevará tiempo, según Unicef.

En medio de la incertidumbre sobre el futuro educativo en Gaza, Tareq dedica sus días a labores humanitarias y educativas. “Lo que viene después de la guerra es más duro que la guerra misma”, señala Tareq, resaltando el desafío de evacuar las escuelas y devolver a los desplazados a sus hogares.

Puedes leer el artículo publicado originalmente en BBC Mundo haciendo clic aquí.