La ONU informó este miércoles que tuvo que interrumpir la atención médica en más de 300 centros sanitarios en todo Yemen a causa de la falta de fondos.

“Entre abril y agosto, las agencias (de las Naciones Unidas) se han visto obligadas a reducir la distribución de alimentos, y recortar los servicios sanitarios en más de 300 establecimientos”, indicó Lise Grande, coordinadora humanitaria de la ONU para Yemen.

“Es una situación imposible”, añadió, subrayando que ante “la peor crisis humanitaria en el mundo”, la ONU no cuenta con los recursos para salvar a gente que “morirá si no recibe ayuda”.

“Las consecuencias de la falta de financiamiento son inmediatas, enormes y devastadoras”, declaró Grande.

A mediados de septiembre, dos funcionarios de la ONU manifestaron al Consejo de seguridad su pesimismo ante la degradación de la situación en Yemen, donde “el espectro de la hambruna planea nuevamente”, y donde varios donantes árabes, incluido Arabia Saudita, no cumplieron sus promesas.

“Combates intensificados, aumento de necesidades humanitarias y la pandemia de covid-19 que está causando estragos”, enumeró el enviado de la ONU, Martin Griffiths, al referirse a un país que “se aleja del camino hacia la paz”.

El subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, advirtió por su parte sobre el “fantasma de la hambruna”.

La guerra en Yemen opone desde hace más de cinco años a rebeldes hutíes chiitas, apoyados por Irán, contra fuerzas leales al gobierno reconocido por la comunidad internacional y respaldado por una coalición militar dirigida por Arabia Saudita.

El conflicto ha provocado decenas de miles de muertos, en su mayoría civiles, según diversas ONGs, y unos 24 millones de yemeníes, o sea más de dos tercios de la población, necesitan ayuda humanitaria, de acuerdo a la ONU.