Irak negó este domingo cualquier tipo de relación con el ataque contra instalaciones petroleras en Arabia Saudita después de que algunos medios dijeran que los proyectiles podrían haber sido lanzados desde el país.

En Irak actúan varias milicias y facciones paramilitares cercanas a Irán aunque el ataque fue reivindicado por los rebeldes de Yemen.

El ataque provocó incendios el sábado en dos instalaciones de la petrolera nacional saudita Aramco y obligó a reducir la producción de crudo de Arabia Saudita.

En la tercera acción en cinco meses contra la empresa saudita, los rebeldes yemeníes hutíes, apoyados por Irán, reivindicaron estos ataques en la vecina Arabia Saudita, que a su vez apoya militarmente a las fuerzas progubernamentales de Yemen en su lucha contra los insurgentes.

El ataque provocó “la suspensión temporal de la producción” en los dos sitios afectados, dijo el ministro saudita de Energía, el príncipe Abdulaziz bin Salmán, en un comunicado publicado por la agencia de prensa Saudi Press Agency. En condiciones normales, las instalaciones suspendidas producen 5,7 millones de barriles de crudo, esto es, alrededor de 50% de la producción total de Aramco y aproximadamente 5% de la producción mundial diaria de bruto.

Arabia Saudita es el primer exportador mundial de petróleo.