El fondo CRF I Limited adquirió un paquete que incluía 72 millones de deuda cubana a dos bancos europeos. La Habana no lo acepta como acreedor legítimo: "al ser un fondo buitre" no hubiera sido nunca aceptado como tal.

La justicia inglesa comenzó a estudiar el lunes una demanda presentada contra Cuba y el Banco Nacional de Cuba (BNC) por CRF I Limited, fondo británico de capital de riesgo que reclama una deuda comercial por decenas de millones de euros.

La jueza Sara Cockerill, de la División Comercial del Tribunal Supremo de Londres, empezó a escuchar argumentos para determinar si considera a CRF como acreedor legítimo de Cuba, paso previo a entrar en el fondo de la cuestión, que no será juzgada de momento.

Tras las vistas, previstas toda esta semana y parte de la siguiente, la magistrada puede tardar semanas en dictar su sentencia, que podrá ser recurrida.

Cockerill juzga también un diferendo entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó iniciado hace dos años por el control de casi 2.000 millones de dólares.

Esto, específicamente en oro venezolano custodiado en el Banco de Inglaterra, que actualmente está en manos de la Sección Comercial del Tribunal Supremo.

Deuda de Cuba

El caso contra Cuba fue iniciado en febrero de 2020 por CRF I Limited, un fondo basado en las Islas Caimán, territorio británico de ultramar que la Unión Europea sacó hace dos años de su lista de paraísos fiscales.

CRF I Limited es el principal tenedor de deuda cubana en el seno del denominado Club de Londres, grupo informal de acreedores privados de deuda soberana.

Cuba alega que “al ser un fondo buitre, no hubiera sido aceptado en ningún caso como acreedor”, según un artículo explicativo del diario estatal Granma.

“Creado para invertir en deuda soberana cubana impagada”, CRF adquirió gradualmente una cartera. La anterior, en noviembre de 2017, estaba valorada en 1.200 millones de euros (1.300 millones de dólares), según el expediente judicial.

72 millones de euros

Entre ellos reclamó en este caso 72 millones de euros en préstamos contraídos por el BNC en 1984 con los bancos europeos Crédit Lyonnais Bank Nederland e Istituto Bancario Italiano.

En 2021 propuso a Cuba restructurar esta deuda con un considerable descuento.

Pero el gobierno lo rechazó argumentando que este “fondo buitre” no es el acreedor original y que las dos entidades europeas no podían ceder su deuda sin el consentimiento el Estado cubano y el BNC.

Se trató de un organismo que ejerció como banca central desde su fundación en 1948 hasta la creación del Banco Central de Cuba (BCC) en 1997.

“Tanto el BNC como Cuba jamás han desconocido las deudas contraídas, siempre que sean válidas, legales, vigentes, exigibles y vinculantes”, explica Granma.

“Se ha mantenido siempre el interés de negociar con aquellas entidades que sí son acreedores legítimos”, concluye.