Este lunes, Rusia bombardeó distintas ciudades de Ucrania, entre ellas su capital, Kiev. El balance preliminar del ataque es de, al menos, 10 muertos y 60 heridos. Todo esto, luego de que Vladimir Putin acusara a Ucrania de ejecutar un ataque terrorista contra el puente estratégico de Crimea.

Rusia lanzó este lunes una oleada de bombardeos coordinados y mortales contra varias ciudades de Ucrania, incluida la capital, Kiev. Esto, en represalia por una explosión que destruyó parcialmente el estratégico puente de Crimea.

El balance preliminar del hecho, conforme a lo informado por Agencia EFE, es de al menos diez muertos y sesenta heridos.

Según EuropaPress, una de las ciudades más golpeadas ha sido Kiev, donde han muerto al menos ocho personas y cerca de 25 han resultado heridas. Así lo indicó Rostislav Smirnov, asesor del Ministerio del Interior ucraniano.

A las víctimas en Kiev se suman cuatro muertos en Sloviansk, mientras que también han sido atacadas ciudades como Mikolaiv, Zaporiyia -donde ha muerto una persona-, Dnipro y Jmelnitski.

Otra de las ciudades bajo ataque es Leópolis, donde los bombardeos han causado cortes de los servicios de electricidad y agua caliente.

Putin advierte respuestas “severas”

El hecho coincidió con una reunión del Consejo de Seguridad del presidente ruso Vladimir Putin, convocada tras la explosión en el puente de Kerch.

El ejército ucraniano afirmó que las fuerzas rusas dispararon 75 misiles sobre ciudades de todo el país, en una serie de ataques que incluyó el uso de drones iraníes lanzados desde Bielorrusia.

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De acuerdo a información entregada por Deutsche Welle, el último bombardeo contra la capital ucraniana se remonta a finales de junio.

Según imágenes difundidas por televisión, Putin, al inicio del Consejo de Seguridad, dijo que “se llevaron a cabo ataques masivos con armas de alta precisión de largo alcance contra la infraestructura energética, militar y de comunicaciones de Ucrania”.

El jefe del Kremlin prometió respuestas “severas” en caso de nuevos ataques.

Paralelamente, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, estrecho aliado de Putin, acusó a Ucrania de preparar un ataque contra su país, por lo que anunció el despliegue de tropas conjuntas con Rusia.