En Francia, mediante el hashtag #MeTooGay en las redes sociales, miles de homosexuales y bisexuales revelan casos de violencia sexual en su comunidad, y lanzan su propio debate sobre el consentimiento, esperado desde hace tiempo por las asociaciones.

Pocos días después del #MeTooInceste y tres años después de #MeToo, miles de testimonios levantan el velo sobre la violencia sexual que sufren los hombres homosexuales y bisexuales bajo el hashtag #MeTooGay.

Este movimiento de la comunidad gay francesa empezó el jueves 21 de enero en Twitter, tras un primer testimonio impactante: el de un joven de 20 años que acusa de violación y agresión sexual a un personaje público, Maxime Cochard, miembro electo del Partido Comunista Francés en el Consejo de París, y a su cónyuge.

Un movimiento esperado por muchos

El tuit generó un electroshock en las redes sociales, y miles de testimonios equivalentes y mensajes de apoyo inundaron la web estos días, en Francia pero también fuera del país. Muchos hombres adultos afirman que su primera vez fue una violación, otros dicen haber sido acosados u obligados a mantener relaciones sexuales sin protección. También se multiplican las publicaciones sobre crímenes perpetrados por adultos a menores.

Jérémy, de 27 años, explicó a la revista LGBT Têtu que lo vio como una oportunidad de cambio estructural: “Al ver los testimonios que llegaban, me pareció emocionante y útil, así que yo también lo hice. No porque sintiera una necesidad personal, sino para apoyar y alentar este movimiento naciente. Para que otras víctimas se reconozcan en mis palabras y se sientan menos solas. Para ayudar a crear una llamada colectiva a poner en tela de juicio a nuestra comunidad”.

El movimiento está cobrando fuerza hoy, pero al parecer era algo deseado por muchos. El pasado mes de septiembre, en una investigación sobre el tema realizada por el periodista Matthieu Foucher en la revista Vice, Jean-Baptiste, de 26 años, decía: “Quiero que exista el #MeTooGay, para hablar de nuestra violencia sexual, en diálogo con las feministas y reflexionando sobre nuestras propias experiencias”.

Una difícil toma de palabra

Tres años después del movimiento #MeToo, el hashtag #MeTooGay facilita la expresión de los hombres y permitirá quizás acabar con el silencio que reina en torno a este tema tabú en los círculos homosexuales, estima Romain Burrel, director de redacción de la revista Têtu: “La fuerza de estos testimonios es que permiten comprender las ramificaciones de lo que debe llamarse una cierta cultura de la violación dentro de la comunidad LGBT, y especialmente de la comunidad gay. Durante mucho tiempo, las luchas fueron por los derechos y eso era lo único que importaba. Y también estaba el miedo a dar argumentos a la gente homofóbica que ya estigmatizaba bastante a nuestra comunidad, supuestamente hipersexualizada”.

Este fenómeno también concierne la violación conyugal. Para las personas LGBT que viven en pareja y que están “expuestas a la violencia sexual y física” de sus cónyuges, la vergüenza y el miedo a entrar en el juego de la homofobia rampante en Francia o a ser rechazados por su comunidad, les incitan a callarse.

Según Sébastien Chauvin, sociólogo y profesor asociado de la Universidad de Lausana, entrevistado por el Huffington Post, el #MeTooGay es un “acontecimiento indiscutible”. “A través de estos testimonios, la cuestión de la violencia sexual en la comunidad gay se separa en parte de los ataques homofóbicos, pero también de la violencia pedófila e incestuosa”, señala.

Sébastien Chauvin añade que “MeToo problematizó la cuestión del consentimiento como la de un mandato de un hombre hacia una mujer, lo que puede haber explicado en su momento que no se planteara la cuestión de la violencia sexual entre hombres”.

A ello se suma el hecho de que estos testimonios denuncian comportamientos dentro de un mismo grupo: “Mientras que las mujeres se expresaron como víctimas colectivas, aquí, dentro de un mismo grupo, hay tanto víctimas como agresores, lo que hace más difícil hablar”, analiza el sociólogo.

El Instituto Nacional de Estudios Demográficos (INED) de Francia reveló en una encuesta que el 6% y el 5,4% de los jóvenes homosexuales y bisexuales respectivamente han sufrido abusos sexuales en su vida, contra un 0,5% para los jóvenes heterosexuales.