El gobierno alemán consideró este lunes “bastante probable” que el opositor ruso Alexéi Navalny, hospitalizado en estado de coma en Berlín, haya sido víctima de un envenenamiento.
Navalny, un abogado de 44 años que se ha convertido en el principal opositor del Kremlin y cuyas publicaciones sobre la corrupción de las élites rusas son muy seguidas en las redes sociales, fue trasladado el sábado a Berlín desde Siberia.
Estaba en coma, después de haberse sentido enfermo en un avión.
Sin esperar a que el hospital berlinés de la Charité, donde está ingresado, comunique sobre su estado de salud, el gobierno alemán informó de sus sospechas.
“Se trata de un paciente que de manera bastante probable fue víctima de un ataque con veneno”, declaró a la prensa Steffen Seibert, vocero del gabinete de la canciller Angela Merkel.
“Sospecha muy en serio”
“La sospecha no abarca el hecho de que Navalny se haya envenenado a sí mismo sino a que alguien envenenó a Navalny y el gobierno alemán toma esa sospecha muy en serio”, afirmó el vocero.
Por ello, Seibert justificó la protección policial ofrecida a Navalny en el hospital berlinés.
Por su parte, el jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maas, se mostró más prudente. “En el caso de Navalny, todavía faltan muchos hechos, de tipo médico y también criminológico, que tenemos que esperar”, declaró el ministro desde Kiev.
“Nos faltan más explicaciones, estamos a la espera de más informaciones que recibiremos sin duda pronto del (hospital de) la Charité”, añadió en una rueda de prensa.
El hospital de la Charité, uno de los más prestigiosos del mundo y ya con experiencia con pacientes víctimas de posibles envenenamientos, informará en los próximos días sobre el estado de Navalny.
El entorno del activista mantiene que fue víctima de un “envenenamiento intencionado”.
Fue evacuado el sábado por la mañana hacia Berlín en un avión medicalizado fletado por una ONG alemana, tras arduas y difíciles negociaciones entre la familia y los médicos rusos, quienes aseguraban en un principio que su estado era demasiado inestable. Al final dieron su autorización.
“Ninguna presión”
Los médicos rusos de este hospital de Siberia aseguraron el lunes que no recibieron “ninguna presión” exterior o injerencia oficial para negar la tesis del envenenamiento e impedir el traslado de Navalny a Alemania.
“Mediante grandes esfuerzos, le salvamos la vida”, declaró Alexander Murajovski, médico en jefe del hospital de Omsk.
Por su parte, Anatoli Kalinishenko, director adjunto del hospital, indicó que, según dos laboratorios, en Omsk y Moscú, “ninguna sustancia que puede ser considerada como veneno (…) fue identificada”.
Varios allegados de Navalni sospechan que, con el retraso de la autorización de su traslado, se ganó tiempo para que la posible sustancia tóxica se disolviera y no pudiera ser detectada.
“Hay algunos ejemplos (de envenenamiento) en la historia reciente de Rusia, y el mundo se toma muy en serio esta sospecha”, reiteró el vocero Seibert.
Ha habido dos casos de envenenamiento muy mediatizados en el Reino Unido en 2018 y 2006 contra exagentes secretos rusos.
Navalny ya ha sido víctima de varios ataques físicos. En 2017, fue rociado con un producto antiséptico en los ojos a la salida de su oficina en Moscú.
Y en julio de 2019, cuando cumplía una corta condena en la cárcel, sufrió súbitamente una erupción cutánea en el torso y denunció que había sido envenenado. Las autoridades explicaron que había tenido “una reacción alérgica”.