Alemania conmemora este miércoles el 28 aniversario de la reunificación del país, sellada en 1990, haciendo un llamado al diálogo en un momento en el que preocupa el auge de la ultraderecha y la creciente polarización social.

“Es importante escucharse unos a otros, acercarse unos a otros, no desistir”, señaló hoy la canciller Angela Merkel, e hizo hincapié en que este mensaje no estaba solo dirigido a los políticos, sino a la ciudadanía en general.

“La unidad alemana todavía nos desafía. Cuando han pasado 28 años sabemos que lo que llamamos unidad alemana es un proceso, un largo camino”, agregó. “La unidad alemana no está acabada”.

Sus palabras estuvieron en total consonancia con las pronunciadas por el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, una de las personalidades que acompañaron a la mandataria al Ayuntamiento Rojo de la capital alemana para firmar en el libro de oro de la ciudad.

“Lo más importante es que la sociedad converse entre sí. Tenemos que mirar hacia adelante y mantener a la sociedad unida”, recalcó el jefe del Estado germano.

Con la célebre Puerta de Brandeburgo como epicentro, Berlín acoge este año los festejos centrales de la reunificación, cuyo programa incluye además de música debates sobre la dictadura comunista en la extinta República Democrática Alemana (RDA) o sobre la amenaza que representa el extremismo de derecha en la Alemania unida.

La reunificación se firmó en 1990, momento en que oficialmente la RDA se adhirió a la República Federal de Alemania (RFA), acabando con la división territorial que las potencias vencedoras habían acordado tras la Segunda Guerra Mundial.

El 13 de agosto de 1961, los dirigentes de la RDA comenzaron a construir el Muro de Berlín, al que calificaron como “barrera de protección antifascista”.

En los 28 años que estuvo en pie, el muro de más de 150 kilómetros de largo se cobró la vida de unos 600 ciudadanos que intentaron traspasarlo.