Ante la crisis política en torno a la migración, la opción de blindar las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE) aúna el consenso de los países del bloque, con un abanico de diferentes propuestas sobre la mesa.
Los europeos buscan cerrar las puertas a los “migrantes económicos”, esencialmente africanos y que no tienen derecho al asilo, y regular las vías de llegada de aquellos con posibilidades de lograr la protección, como los sirios.
Protección de fronteras
Tras el aumento de llegadas en 2015, cuando un millón de migrantes llegaron por mar a las costas de Italia y Grecia esencialmente, la UE logró frenarlas drásticamente con un controvertido pacto en marzo de 2016 con Turquía y con el apoyo de los guardacostas libios.
La mayoría de países europeos deben confirmar el jueves que están de acuerdo en seguir por esta vía, aumentando la presión diplomática sobre los países de África para frenar la marcha de sus ciudadanos y aceptar la devolución de los migrantes económicos.
Los miembros de la UE parecen también dispuestos a reforzar la Guardia Europea de Fronteras y Costas, una agencia que la Comisión Europea quiere convertir en una “verdadera policía” de las fronteras exteriores del bloque con 10.000 agentes (1.300 en 2018).
Pero las dudas se centran en la cuestión de la financiación, mucho menos consensual, como muestran las dificultades para movilizar los fondos prometidos a Turquía.
Para Austria, que reivindica una línea “dura”, la única manera para frenar las llegadas sería imponer que cualquier solicitud de asilo se haga fuera de la UE y rechazar el resto, según un documento austríaco consultado por la Agence France-Presse.
“Plataformas regionales de desembarco”
Aunque algunos países de la UE ya evocaron en el pasado la idea de crear “plataformas regionales de desembarco” fuera de la UE para los barcos con migrantes socorridos en el mar, esta propuesta entró en la agenda oficial europea y figura en el proyecto de conclusiones de la cumbre.
El objetivo sería tener reglas más claras para evitar disputas diplomáticas como la reciente crisis del “Aquarius“, un buque fletado por una oenegé que desembarcó en España después que Malta y el gobierno populista de Italia le cerraran sus puertos.
Los puertos del Norte de África, como Túnez, podrían convertirse en el destino de estas plataformas de desembarco, que enviarían de paso el mensaje de que embarcarse en una peligrosa travesía en el Mediterráneo no significa llegar a Europa.
Sin embargo, el proyecto no está claro todavía, según varias fuentes diplomáticas. El desvío de una embarcación hacia un país de fuera de la UE podría ser incompatible con el derecho internacional.
La finalidad de estas plataformas sería distinguir entre candidatos al asilo y migrantes económicos. Algunos países proponen también crear centros en los países de tránsito con el mismo fin.
“Centros cerrados” en la UE
Francia y España propusieron por su parte crear “centros cerrados” de internamiento en suelo europeo, dotados “de medios europeos”, donde los migrantes deberían esperar el resultado de su solicitud de protección internacional, una opción a la que siempre se ha opuesto Italia.
Para París, estos centros serían una solución al fenómeno de los “movimientos secundarios”, es decir el desplazamiento de solicitantes de asilo entre los diferentes países de la UE y que ha creado tensiones entre los socios y puso en jaque el gobierno de coalición alemán.
La presidencia francesa defendió que este sistema permitiría “una solidaridad financiera inmediata, una instrucción rápida de los casos y una solidaridad europea, para que cada país asuma de manera organizada las personas que tienen derecho al asilo”.
Respecto a los migrantes económicos, que constituyen actualmente la mayoría de las personas que llegan al bloque, podrían ser devueltos directamente a sus países de origen desde estos centros.
A diferencia de las “plataformas regionales de desembarco”, la propuesta de “centros cerrados” no aparece en el proyecto de conclusiones de la cumbre, si bien una fuente diplomática europea no descartó que pudiera aparecer durante la discusión de los líderes.