La separación de familias de migrantes en Estados Unidos ha sido duraderamente criticada en Europa, pero los países europeos no son irreprochables en el trato a los niños migrantes, afirmaron diversas organizaciones.

Entre el 5 de mayo y el 9 de junio, 2.342 menores migrantes fueron separados de sus padres indocumentados en la frontera con Estados Unidos. La mayoría, centroamericanos, huían de la violencia que azota a sus países.

“Hasta ahora no habíamos visto un nivel de crueldad semejante”, dijo a la AFP Maria Serrano, de la organización Amnesty International, sobre esta política de separación de familias.

“Pero es el camino que está tomando Europa”, afirma. “Hemos visto a familias rotas por la separación por culpa de la crueldad de las leyes de asilo en Europa”, agregó.

En varios países europeos, como en Francia o España, legalmente es imposible retener a niños migrantes en centros, separados de sus padres.

En España, los migrantes que deben ser expulsados son enviados a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), donde pueden estar con sus hijos menores, salvo que el ministerio público se oponga, señala el ministerio del Interior.

No obstante, varias organizaciones denuncian regularmente que estos centros están saturados o que son insalubres.

En España “no se separan los menores de los adultos”, confirmó a la AFP Jennifer Zuppiroli, de Save The Children.

Explica, sin embargo, que en las entradas por pateras, en casos de adultos hombres con niños, que no tengan documentación que pruebe la filiación, se puede “llegar a tutelar los menores, como medida de protección”.

Cita por ejemplo a los “migrantes sirios que llegan de Ceuta y Melilla. A menudo llegan los niños y luego las familias. Entonces, hasta que los padres no puedan aportar documentación o someterse a pruebas de ADN, los niños están bajo protección. El problema de las pruebas de ADN es que tardan mucho”.

En el caso de Francia, varias organizaciones han denunciado en los últimos meses el presunto mal trato que reciben los niños migrantes.

Para Violaine Husson, de la asociación de ayuda a los migrantes Cimade, “Francia no puede dar lecciones” en este tema.

“Estamos muy preocupados ya que se ha banalizado el encierro de niños” en centros de retención, aunque junto a sus padres. En 2017 había 305 niños en esos centros, contra 41 cuatro años antes, detalla.

La situación ‘se está degradando’

Además, la situación de los menores solos, principalmente de origen africano que llegan a Francia tras un periplo peligroso por el Mediterráneo, “se está degradando”, afirma Husson. Cientos de estos menores terminan en la calle, afirma.

Oxfam denunció también que niños, a veces de 12 años, “son maltratados físicamente y mentalmente” del lado francés de la frontera con Italia. Son “detenidos” y luego “ilegalmente enviados de vuelta a Italia”.

En Italia, que ha visto llegar a 700.000 migrantes a sus costas desde 2013, la ley dictamina que los niños no pueden ser separados de sus padres.

Italia es el primer país de Europa que ha adoptado una ley específica para la acogida y protección de niños no acompañados en 2017, según la ONG Save The Children, que contribuyó a la redacción del texto.

El gobierno británico indica por su parte que en 2010 “puso fin” a la retención de niños de familias clandestinas.

Según Amnesty, de los 27.819 inmigrantes puestos en centros de retención en el Reino Unido en 2017, 48 eran niños.