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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Trump anunció que cesarán ataques a hutíes en Yemen tras supuesta rendición. Durante reunión con primer ministro canadiense, señaló que rebeldes han detenido sus ataques en mar Rojo. Afirmó que hutíes anunciaron no querer luchar, por lo que suspenderán bombardeos.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que detendrán los bombardeos contra los hutíes en Yemen ya que, según afirmó, los rebeldes “se rindieron”.

Durante su encuentro en la Casa Blanca con el primer ministro de Canadá, Mark Carney, el republicano indicó que el grupo insurgente yemení decidió frenar sus ataques en el mar Rojo.

“Los hutíes han anunciado que no se encuentran bien; al menos nos han anunciado que ya no quieren luchar. Simplemente no quieren luchar. Y cumpliremos con la promesa y detendremos los bombardeos”, declaró el mandatario estadounidense.

“Han capitulado, pero lo más importante es que les tomaremos la palabra. Dicen que ya no volarán barcos, y ese era el propósito de lo que hacíamos”, añadió, según consigna Axios.

Por su parte, el secretario de Estado, Marco Rubio, remarcó que siempre se trató de “un problema de libertad de navegación”.

“Había un grupo de individuos con armamento avanzado que amenazaba el transporte marítimo mundial, y la tarea era detenerlo, y si se va a detener, podemos detenerlo”, mencionó.

Cabe señalar que por el momento los hutíes no han confirmado que hayan solicitado o aceptado una tregua.

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El pasado jueves 17 de abril un bombardeo de EE.UU contra el puerto petrolero de Ras Issa, en la costa del mar Rojo, en Yemen, dejó al menos 74 muertos.

El canal de TV Al Masirah, vinculado a los hutíes, situó además en 171 el total de heridos en este ataque.

A través de un comunicado, el Comando Central de Estados Unidos (Centcom), aseguró que destruyó el puerto de Ras Issa, controlado por los insurgentes, a quienes acusan de beneficiarse económica y militarmente de estas instalaciones para vender combustible y financiar sus actividades.

Se trata del ataque más mortífero lanzado por EE.UU. desde que comenzaron sus bombardeos contra los hutíes, el 15 de marzo.