Es mucho lo que ha confesado Emma Coronel Loera, la esposa del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, pero es una pequeña parte de todo lo que puede llegar a decir.

Vivir del dinero sucio proveniente de la droga, pagar sobornos de mas de cuatro millones de dólares a autoridades mexicanas, ayudar a escapar de prisión a su esposo y contribuir en el tráfico de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos, son algunas de las confesiones que ya hizo al gobierno de ese país Emma Coronel Aispuro, esposa del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, el tristemente célebre líder del Cartel de Sinaloa.

La exreina de belleza, detenida en febrero pasado en Washington DC, firmó ya al Departamento de Justicia de Estados Unidos, como parte de su declaración de culpabilidad, un detallado documento de doce páginas que forma parte del expediente judicial abierto contra ella en la Corte de Distrito de Columbia y que es solo una parte, no toda, de lo que ha dicho al gobierno de Estados Unidos sobre ella y las actividades de su esposo y sus hijastros Iván, Alfredo, Ovidio y Joaquín Guzmán, hijos procreados por El Chapo con otras mujeres, quienes ahora encabezan la facción del Cartel de Sinaloa que pertenece a su padre.

Los cuatro hijastros de Emma son ahora uno de los blancos principales del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

El 10 de junio, Emma, ciudadana de Estados Unidos, se declaró culpable ante el juez Rudolph Contreras de los tres cargos criminales que le fueron imputados: conspiración en el tráfico y distribución de cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas, lavado de dinero y uso de recursos de procedencia ilegal, y de estar relacionada con la adquisición y manejo de propiedades de Guzmán Loera, adquiridas con dinero ilegal de la venta de drogas en Estados Unidos, México y otros países.

Según el acuerdo de culpabilidad, le espera, como mínimo, una sentencia de entre 9 y 11 años de prisión. Podría ser más larga si el Departamento de Justicia descubre que ella ha mentido en sus respuestas, ha ocultado información, cuentas bancarias y propiedades.

Emali Guadalupe y Joaquina, las gemelas procreadas por Emma y Joaquín Guzmán Loera cumplirán 10 años este próximo mes de agosto, pero ya no tendrán esta vez una fastuosa fiesta de cumpleaños con la temática de Barbie, como la que les organizó su madre en 2018, días antes de que iniciara el juicio contra su padre “El Chapo”. Será hasta que tengan veinte años cuando puedan volver a vivir con ella.

“Esta declaración de hechos no es el total de todos los hechos que conoce la acusada Emma Coronel Aispuro”, señala el documento, fechado el 10 de junio de 2021, día en se declaró culpable en la corte.

“Con su firma abajo y la de su abogado, la demandada acepta que ha adoptado plenamente esta declaración de hechos como su propia declaración. La acusada está adoptando esta declaración de hechos porque es un resumen verdadero y correcto de la propia conducta de la acusada”, señala la confesión firmada de su puño y letra con un garabato que dice “Emma”.

De acuerdo con ese documento, Emma Coronel Aispuro confesó que, de 2011 a 2017, fue parte de una conspiración para distribuir cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas en Estados Unidos. En ese período, consciente de sus actos, ella, junto con otros, conspiró en Estados Unidos y otras partes a realizar transacciones financieras que involucraban dinero proveniente del tráfico ilícito de drogas.

También admitió que, de 2007 hasta el 22 de febrero de 2021, día en que fue arrestada en un aeropuerto de Washington, estuvo en posesión de propiedades de una persona considerada por el gobierno de EE. UU. como traficante de drogas, violando la ley de Estados Unidos.

Sabía que se casó con el capo de las drogas

Cuando, en 2007, Emma se casó con El Chapo, este ya era, junto con Ismael Zambada Garcia “El Mayo”, uno de los principales líderes del Cartel de Sinaloa.

En su confesión, Emma finalmente reconoció que desde su matrimonio hasta 2017, cuando él fue extraditado a EE. UU., ella siempre supo que Guzmán Loera era líder del Cartel de Sinaloa y que la organización criminal se dedicaba al trafico de drogas, que eran traficadas desde Colombia y América Central a México, y desde México a EE. UU.

Emma admitió que sabía que su esposo y el Cartel obtenían “millones de dólares en efectivo” como parte de sus ganancias en el tráfico de drogas.

Desde que Emma me dio su primera entrevista, en febrero de 2016, luego de la tercera detención de Guzmán Loera en Los Mochis, Sinaloa, ella ha asegurado en todo momento, en todas sus apariciones y entrevistas, que cuando tenía 18 años de edad y se casó con El Chapo en Canelas, Durango, no sabía que era uno de los líderes del Cartel de Sinaloa. Dijo que incluso no sabía que traficaba drogas, que eso no le constaba.

“¿Usted sabia a que se dedicaba? ¿Usted sabia que traficaba drogas?”, le fue preguntado en una entrevista transmitida por Telemundo y NBC.

“No”, respondió, moviendo la cabeza hacia un lado, claramente nerviosa. “De hecho, a mi no me consta que él trafique drogas, nunca he visto drogas…”, añadió.

En la entrevista, una pregunta hizo que contradijera su afirmación, al ser consultada sobre si había visto el video grabado por El Chapo en 2015-2016 para la actriz mexicana Kate del Castillo, quien quería hacer una película de su vida. En ese video Guzmán Loera confesó que era un traficante de droga.

Emma, atrapada, contradiciendo lo que había dicho primero, dijo que sí. “Sí, lo miré, pienso que él quiso que el mundo viera lo que en realidad él era”.

Ahora, su conocimiento y complicidad fueron reconocidos ante las autoridades de Estados Unidos.

La primera dama de los narcos vivía de dinero de las drogas

Desde 2007 hasta el 22 de febrero de 2021 Emma “se ha beneficiado de dinero proveniente de las drogas de diversas maneras”, señala el documento de su confesión.

Emma admitió que cuando se casó con El Chapo recibía de él dinero en efectivo para su manutención, dinero que sabía era proveniente del tráfico ilegal de drogas. Posteriormente, vivió en residencias y propiedades de Guzmán Loera compradas con dinero sucio.

Adicionalmente, ella controlaba propiedades del Chapo compradas con dinero ilegal y era ella quien recibía el pago de las rentas de dos residencias y locales comerciales, propiedad del capo del narcotráfico. Ella sabía que estar en posesión de esas propiedades y recibir el dinero del usufructo de estas era ilegal.

Pagadora de sobornos

A principios de 2014, El Chapo fue detenido en un departamento de Mazatlán, Sinaloa, en un operativo organizado y coordinado por la agencia antidrogas de Estados Unidos, DEA. Ahí se encontraban con él Emma Coronel y sus hijas.

Fue encarcelado en la prisión federal de máxima seguridad conocida como El Altiplano. Guzmán Loera ya había pasado casi ocho en prisión luego de ser capturado en 1993. Se escapó de la prisión de Puente Grande, Jalisco, en enero de 2001. Siendo prófugo fue que conoció y se unió a Emma.

La esposa del peligroso narcotraficante confesó a las autoridades que, estando ya en prisión, su esposo le dijo que quería escapar, y le pidió que ella organizara la fuga junto con sus hijastros Iván, Alfredo, Ovidio y Joaquín Guzmán. Se reunió con ellos y juntos confabularon para planear la construcción de un túnel.

Emma confesó a las autoridades de Estados Unidos que, mientras El Chapo estuvo preso en el Altiplano, entre 2014 y 2015, ella recibió un millón de dólares de Cleto, un operador de Guzmán Loera y el Cartel de Sinaloa, sabiendo que ese dinero tenía procedencia ilegal.

Admitió que por instrucciones de su esposo se reunió con Cleto y recibió en 5 entregas de dinero el millón de dólares. Confesó que, a través de terceros, ella usó ese dinero para enviar una parte a la prisión de El Altiplano, a fin de pagar sobornos al personal responsable de la prisión para que El Chapo tuviera un trato privilegiado y mejores condiciones de vida en la cárcel.

La exreina de belleza, ahora sin trono y en la desgracia, también confesó que de común acuerdo con los hijo del Chapo ella le dio dinero a una persona que conoce como Lázaro con el objetivo de comprar el terreno en las inmediaciones del Altiplano para cavar el túnel y ejecutar la fuga.

Paloma mensajera del narco

Reconoció también haber sido mensajera del Chapo cuando estuvo en prisión para que él pudiera seguir operando su negocio de la droga. Las actividades criminales de su esposo le generaban a ella el dinero para tener una vida de lujos.

Señaló que Iván, Alfredo, Ovidio y Joaquín se encargaron de la construcción del túnel, y que ella estuvo en todo momento pendiente. Las visitas conyugales que le hacía a su esposo en prisión también le servían para mantenerlo al tanto de los avances del túnel.

Emma confesó que, ella en forma directa y otras personas, pagaron sobornos a las autoridades carcelarias también para facilitar su ingreso a la cárcel. Como en los viejos tiempos del Chapo en Puente Grande, cuando vivía ahí como rey, gracias a los sobornos pagados por Emma, ella podía hacerle visitas en condiciones “más confortables”, señala su confesión firmada. Por ejemplo, les traían a los esposos comida de afuera de la prisión, se presume que de restaurantes, a la que ningún otro prisionero tenía acceso.

Fue en esos envíos de comida que Emma logro meter un reloj con GPS para El Chapo. La comida con el GPS fue entregada por un guardia de la cárcel.

El reloj le fue entregado seis meses antes de que comenzara la construcción del túnel para su fuga. El GPS sirvió para que, desde afuera, se pudiera ubicar el lugar preciso de la celda del Chapo para cavar el túnel. Gracias a eso, El Chapo pudo escapar de la prisión el 11 de julio de 2015.

Después de escapar, ella narró a las autoridades que El Chapo fue a un lugar en la sierra de Durango, estado donde Emma creció y donde se conocieron en 2006, cuando ella apenas tenia 17 años. A su llegada ya lo estaba esperando Emma.

Nuevos sobornos y plan de fuga

El Chapo fue recapturado en Los Michos, Sinaloa, en febrero de 2016, y fue enviado de nuevo a la prisión del Altiplano. Un mes después de la detención, Emma visito al Chapo en la cárcel y éste le dio instrucciones para que se construyera un nuevo túnel para poder fugarse. Y ella de nuevo llevó las instrucciones a sus hijastros Iván, Alfredo Ovidio y Joaquín.

Mientras Emma daba diversas entrevistas a los medios de comunicación sobre las malas condiciones que El Chapo tenía en prisión, al mismo tiempo, ella lo ayudaba a planear una nueva fuga.

Emma confesó al Departamento de Justicia que de nuevo pagó un millón de dólares de sobornos al personal de El Altiplano para mejorar las condiciones carcelarias de su esposo.

El plan para la fuga iba en camino, pero, en mayo de 2016, Guzmán Loera fue transferido a la prisión federal ubicada en Ciudad Juárez, Chihuahua, y el plan de la fuga se volvió mas difícil. Eso dijo Emma a la Fiscalia.

La esposa del líder del Cartel de Sinaloa confesó que ella supo que se hizo un pago a “la cabeza de las prisiones” del gobierno de México de al menos dos millones de dólares de sobornos. El soborno fue financiado, en parte, con dinero proporcionado por ella misma.

Según explicó, el pago habría sido realizado por un enviado de Iván, Alfredo y Ovidio Guzmán. A cambio de ese pago Emma “entendió que Guzmán estaría en mejores condiciones y recibiría mejor trato en la prisión”, se señala en su confesión.

El responsable en esas fechas de todas las prisiones federales era el Comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, Eduardo Guerrero Durán, Emma “entendió que una fuga de Juárez no era factible y que, a menos que Guzmán eventualmente fuera regresado al Altiplano, ella y otros no podrían planificar de manera realista que Guzmán escapara de prisión”, señala el documento. “Guzmán nunca fue transferido al Altiplano, y el 19 de enero de 2017 fue extraditado a Estados Unidos a enfrentar los cargos en su contra”.

Emma “acepta que al brindar asistencia a Guzmán ayudó a incidir en los objetivos de la organización criminal (Cartel de Sinaloa) en su conjunto”. “La acusada está de acuerdo en que, al hacerlo, facilitó la importación de varias sustancias controladas, como cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos”.

Después del juicio contra El Chapo, llevado a cabo en Nueva York, donde salieron a relucir públicamente las infidelidades de su esposo, Emma Coronel Aispuro quedó muy enojada y dolida, afirman personas que la conocen. Su molestia aumentó cuando a su esposo lo sentenciaron a cárcel de por vida y sus hijastros comenzaron a abandonarla económicamente.

Muchos medios han especulado si Emma Coronel se entregó o no, y si va a confesar los secretos del Cartel de Sinaloa. Esta confesión que ella firmó, como dice el Departamento de Justicia, es apenas una pequeña parte de los que Emma ha dicho o puede decir.

“La acusada está adoptando esta declaración de hechos porque es un resumen verdadero y correcto de la propia conducta de la acusada”, señala la confesión, donde ella asegura que lo hace de manera voluntaria, sin amenazas o promesas de por medio.

Al final del documento aparece un tímido garabato que ella estampó de su puño y letra. Dice: “Emma”.