El discurso de este miércoles ante el Congreso del presidente de EEUU, Joe Biden, fue único no solo porque la pandemia obligó a que el hemiciclo estuviera medio vacío, sino porque fue la primera vez que dos mujeres se colocaron detrás del estrado y la primera en décadas que no se designó a un “superviviente” en caso de ataque.

Biden habló exactamente durante una hora, cinco minutos y 12 segundos, según el conteo de la CBS.

Lo hizo en medio de una gran expectación: era su primer discurso ante las dos cámaras del Congreso y justo mañana se cumplen cien días desde su llegada a la Casa Blanca.

Harrys y Pelosi hacen historia

Empezó su alocución rindiendo homenaje a las dos mujeres que le siguen en la línea de sucesión: la vicepresidenta del país, Kamala Harris, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

“Señora presidenta, señora vicepresidenta. Ningún presidente nunca ha dicho estas palabras desde este estrado. Ningún presidente ha dicho esas palabras antes. Ya era hora”, dijo Biden.

Aunque Pelosi sí había ocupado ese asiento con anterioridad, es la primera vez que la butaca de la Vicepresidencia está ocupada por una mujer: Kamala Harris, quien tras las elecciones de 2020 también se convirtió en la primera persona negra en ocupar ese puesto y la primera de origen indio o asiático en hacerlo.

Un hemiciclo medio vacío y con mascarillas

Si detrás de Biden estaban Pelosi y Harris, frente a él se hallaba un hemiciclo medio vacío con solo 200 invitados, sentados por varios asientos y en su mayoría con mascarillas.

Normalmente, a este tipo de eventos, suelen acudir unas 1.600 personas, entre las que se incluyen 535 miembros del Senado y la Cámara Baja, así como asesores e invitados.

Esta vez, solo se enviaron invitaciones a una pequeña fracción de los miembros del Legislativo y también se limitó la asistencia de los dirigentes de otras importantes instituciones.

En concreto, el único representante del Tribunal Supremo fue su presidente, John Roberts, vestido con su toga negra y quien durante el discurso permaneció sentado sin aplaudir con las manos sobre su regazo.

La primera dama, encargada de iniciar los aplausos

Los aplausos son, de hecho, una parte muy importante del discurso: los legisladores que pertenecen al partido del presidente tienen la misión de iniciar la mayoría de las ovaciones.

Sin embargo, en esta ocasión, ese cometido era especialmente difícil porque había menos asistentes y porque algunos de ellos tienen una edad avanzada, por lo que aplaudir constantemente puede ser agotador.

A la luz de esto, la primera dama, Jill Biden, se encargó de iniciar varias veces las ovaciones, algo que reflejaron las cámaras de televisión que tenían la vista fija en ella.

Según la CBS, hubo 62 aplausos durante el discurso y el más largo, de 22 segundos, se produjo cuando Biden alabó la labor que la primera dama desempeña como profesora.

Sin “superviviente” en caso de ataque

Además, debido a la pandemia, solo algunos miembros del Gabinete acudieron al discurso.

Por tanto, por primera vez en décadas, no hubo necesidad de designar a “un superviviente”, es decir, un miembro del Gobierno que se refugia en un lugar secreto para estar a salvo en caso de que haya un ataque que elimine a los miembros de las tres ramas del Estado, que suelen estar todos presentes en eventos como el de hoy.

La idea es garantizar la continuidad del Gobierno si lo inimaginable ocurre.

El concepto ha inspirado la popular serie de televisión “Designated Survivor” (2016) y la película “xXx: State of the Union” (2005).

Primer gran evento político desde el asalto al Capitolio

Por último, el discurso se desarrolló entre enormes medidas de seguridad. Es el primer gran evento que celebra el Congreso desde la ratificación de la victoria electoral de Biden el 6 de enero, cuando simpatizantes del entonces presidente, Donald Trump, asaltaron el edificio en un incidente que se saldó con cinco muertos, entre ellos un policía.

Biden hizo varias alusiones a ese incidente. Además, antes del discurso, saludó a los encargos de la seguridad del Capitolio, entre los que figura la recién nombrada sargento de armas, Karen Gibson.

Después de la alocución, el mandatario y la primera dama se hicieron una foto con 23 empleados del Capitolio.