Miembros de la Cámara de Representantes estadounidense acusaron a los dirigentes de Facebook, Google y Twitter de crar un modelo de negocio que aprovecha el contenido polémico para enganchar a los usuarios y aumentar las ganancias.

Los diputados amenazan con legislar para obligar a estas páginas a ejercer un mayor control sobre la propagación de información falsa. En particular, en cuanto a temas sensibles como la covid-19 o las elecciones.

Las grandes empresas de internet han conseguido lo que pocos logran en el Congreso de Estados Unidos: unir a republicanos y demócratas, en su contra.

La audiencia celebrada este jueves en la Cámara de Representantes se saldó con fuertes acusaciones de parte de los legisladores. Las autoridades no creen las explicaciones de los ejecutivos sobre sus esfuerzos para acabar con el contenido dañino.

“Está ahora claro que ni el mercado, ni la presión pública forzarán a las empresas a tomar las acciones necesarias para eliminar la desinformación y el extremismo de sus plataformas. Por ello es momento de que el Congreso y este comité legislen”, aseguró el diputado Frank Pallone.

“En lugar de limitar la difusión de esta información, han creado modelos de negocio que explotan la preferencia del cerebro humano por el contenido divisivo. Así se hace para enganchar a los estadounidenses a sus plataformas en contra del interés público”, agregó.

Los demócratas tienen en el punto de mira a las plataformas por no haber logrado frenar la desinformación sobre las vacunas contra la covid-19 ni las incitaciones previas al ataque contra el Capitolio del 6 de enero en Washington. Los republicanos, de su lado, retomaron sus quejas sobre el supuesto sesgo contra los conservadores de las redes sociales.

Libertad de expresión por encima de todo

Cuestionados desde todos los frentes, los dirigentes de las empresas de Internet dijeron combatir las noticias falsas y todo contenido dañino.

“La gente frecuentemente dice cosas que no son verificables, pero que hablan de sus experiencias de vida”, dijo Mark Zuckerberg, fundador de Facebook.

“Creo que tenemos que ser cuidadosos al restringir eso, por ejemplo, si alguien se siente intimidado o discriminado mientras vota. Creo que deben poder compartir su experiencia… No creo que nadie quiera un mundo donde solo puedes decir cosas que las compañías privadas juzgan que son verdad”, agregó.

Más lejos fue todavía Jack Dorsey, de Twitter, en su defensa de la libertad de expresión como valor fundamental en su plataforma.

“Si nos despertamos mañana y le pedimos al gobierno que nos diga qué contenido quitar o dejar, podríamos terminar con un servicio que ya no podrá cuestionar al gobierno.

Esta es una realidad en muchos países hoy en día y va en contra de los derechos de las personas,” indicó.

Sin embargo, los legisladores estadounidenses rechazan cualquier acusación de control gubernamental del contenido publicado en Internet.

“La regulación que buscamos no trata de limitar la libertad de expresión protegida por la Constitución, pero debe hacer responsables a las plataformas cuando son usadas para incitar a la violencia y el odio o, como en el caso de la pandemia de la covid-19, difundir desinformación que cuesta miles de vidas”, afirmó el diputado demócrata Jan Schakowsky.

Algunos legisladores argumentaron que plataformas como Facebook usan algoritmos que amplifican el contenido incendiario y tratan de mantener a la gente adicta a sus redes para aumentar sus ingresos.

“Hay una percepción bastante errónea de cómo trabajan los algoritmos”,
replicó Zuckerberg, quien dijo que las redes tratan de “ayudar a la gente a que tenga interacciones sociales significativas. Eso es muy diferente a instalar un algoritmo” que lleve a la adicción, defendió el fundador de Facebook.