El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, dijo el lunes que Washington considera “ilegales” los intentos de Pekín por obtener recursos en la disputada región del Mar de la China Meridional.

“Lo estamos dejando claro: las reivindicaciones de Pekín a los recursos de alta mar a lo largo de buena parte del Mar de la China Meridional son completamente ilegales, como lo es su campaña de amedrentamiento para controlarlos”, dijo Pompeo en un comunicado.

Estados Unidos ha rechazado por largo tiempo las amplias pretensiones de Pekín en el Mar de la China Meridional, también conocido como el Mar del Sur de China, alineándose con Vietnam, Filipinas y otros socios estadounidenses en la región.

Pero Pompeo fue más lejos al tomar partido explícitamente por las naciones del sudeste asiático, después de años en los que Estados Unidos había dicho dijo que no tomaba posición sobre los méritos de los reclamos individuales de esos países.

En linea con el hallazgo de un tribunal internacional en 2016, Pompeo dijo que Mischief Reef y Second Thomas Shoal “están completamente bajo los derechos soberanos y la jurisdicción de Filipinas”.

El secretario de Estado también denunció los reclamos de China sobre las disputadas islas Spratly, donde el gigante asiático anunció este año distritos administrativos que le permitirán a Pekín ampliar sus reclamos marítimos.

En respuesta, Estados Unidos rechaza ahora las reivindicaciones chinas en las aguas que rodean el Vanguard Bank frente a Vietnam; Lucania Shoals frente a Malasia; aguas consideradas en la zona económica exclusiva de Brunei; y Natuna Besar frente a las costas de Indonesia, aseguró Pompeo.

“Cualquier acción de la República Popular de China para hostigar la pesca o el desarrollo de hidrocarburos de otros estados en estas aguas, o para llevar a cabo tales actividades de manera unilateral, es ilegal”, dijo el diplomático.

La declaración es el último paso de la administración del presidente Donald Trump contra China, retratada por el mandatario cada vez con más insistencia como un enemigo de su país de cara a las elecciones presidenciales en las que buscará la reelección en noviembre.

En las últimas semanas, Estados Unidos impuso restricciones de visa a funcionarios por el tratamiento de China a las minorías uigures y tibetanas, así como por la represión de Pekín en Hong Kong.

Trump también ha criticado duramente a China por la pandemia de coronavirus.